Especial “Perspectivas para hacer frente al conflicto en la Araucanía”: Aprendizajes y Conclusiones [VIDEO + PODCAST]

Especial “Perspectivas para hacer frente al conflicto en la Araucanía”: Aprendizajes y Conclusiones [VIDEO + PODCAST]

10 Noviembre 2022
Síntesis de las perspectivas presentadas en las conversaciones con Alfredo Moreno, Sebastián Salinas, Andrés Jouannet, Llacolen Millaquir y Laura Ancavil Tropa.
Mi Voz Chile >
authenticated user Editor
Especial Araucanía: Aprendizajes y Conclusiones [VIDEO + PODCAST]

1. Es muy difícil querer, respetar y admirar algo que no se conoce.

Resulta bastante concluyente que la sociedad en su conjunto, poco o casi nada conocemos de la cultura y cosmovisión del pueblo mapuche. Como decía uno de los entrevistados, con seguridad, buena parte de nuestra sociedad, tiene más educación en torno a los egipcios, los romanos, los incas u otras culturas. 

En torno a esto, 4 consideraciones: 

  • A esta altura del partido, esperamos que nadie se sorprenda ni se ofenda: La tradición social chilena ha sido extremadamente clasista desde la llegada de los españoles al país. En este sentido, el pueblo mapuche no ha sido solamente invisibilizado, sino que ha renegado y culpabilizado (históricamente) de muchos males que el país podría haber tenido. 

  • A través de sus libros, la historia la escriben quiénes tienen el poder de hacerlo. Y, es justo pensar, que el relato que le ofrecemos a nuestros niños carece –al menos- de atributos y bondades que hagan valer al pueblo mapuche con sus tradiciones culturales, espirituales, relación con la tierra, el emprendimiento, la alimentación, el deporte, entre otras tantas dimensiones que seguramente como estudiantes no escuchamos de los que estaban en el país antes que nosotros. 

  • Incluido el pueblo mapuche, en Chile no hemos sido capaces de poner en valor y comunicar la riqueza que posee. Por muy loables y genuinos, los esfuerzos por democratizar esta cosmovisión al resto del país parecen tenues y con rasgos de marginalidad, pues no logran atenuar una narrativa social instaurada. Extremando el argumento -y en el entendido que conocer y respetar con autenticidad la cultura del pueblo mapuche debiera ser una condición necesaria para el encuentro del país-, más parece que los esfuerzos públicos y privados, deberían aspirar a catalizar producciones de Netflix u otra casa audiovisual, como tipología posible para que calen en la percepción de la sociedad. En otras palabras, Chile debe tomarse en extremo más en serio, la dimensión del reconocimiento auténtico del pueblo mapuche, re instalando narrativas genuinas y que superen muchas de las caricaturas reinantes. 

  • Tú que estás leyendo esto -y si es una persona meridianamente informada por medios y “redes sociales”-, te vas exponer con regularidad a noticias de la Araucanía y del pueblo Mapuche. No tenemos que decirle qué noticias son las que está viendo, todas y todos las vemos y es el punto de este especial. No tenemos tampoco que juzgar si son ciertas, porque creemos que lo son. Ni menos, evaluar si son “noticia”, porque en efecto lo son. El punto es otro: Su cerebro y el de cualquiera, va ir construyendo una percepción de alguna forma “totalitaria”, que va meter en el mismo saco a todas y todos. Algo así como: “Los mapuche son violentos o terroristas”. Pues bien, en esto los medios estamos al debe, al igual que todos los que tienen un micrófono, porque la Araucanía no son sólo quemas y delitos, como tampoco, los mapuche solo violencia. Misión y, por sobretodo, responsabilidad de impacto de quienes pueden comunicar, es mostrar rostros y facetas distintas a lo oscuro. Sin lugar a dudas, también vale mostrar y hacer justicia con lo luminoso que sobra allá en la Araucanía. 

2. ¿Puede un gobierno de turno resolver el conflicto? A la luz de los hechos pretéritos, todo indica que no es posible.

A continuación, algunos argumentos que ilustran esta idea:

  • Algunas experiencias internacionales de conflictos similares se han resuelto en temporalidades mayores que 4 años. Son conflictos complejos, de muchas negociaciones que, a su vez, tienen décadas y décadas de conversaciones y promesas inconclusas. Los tiempos de un gobierno no sintonizan con los tiempos de un conflicto de este tamaño. Y como lamentablemente es tradición en el país, cuando existe cambio de gobierno, los borrones y cuentas nuevas concluyen en que el proceso de negociaciones y conversaciones comienza de nuevo. Ergo, no hay avance y desde el otro lado (comunidades mapuche) un nuevo proceso de “volver a creer”...

  • El incentivo de la gloria y el levantar las manos del pueblo mapuche con alguna clase de acuerdo para un gobierno, es el peor enemigo para resolver este conflicto. Lisa y llanamente, porque la ansiedad de llegar al mismo, no sintoniza con el tipo de fracturas y delicadeza de los procesos de negociación que se deben sostener en el tiempo. Es más, parte de los entrevistados nos enseñan algunas de las comunidades mapuche no negocian contra el tiempo, se toman su tiempo. ¿Cómo vamos a negociar para dar una conferencia de prensa en 1 hora que es algo tan propio de los tiempos de la política? Claramente no va a resultar bien. 

Pareciera que la estrategia más efectiva para abordar el conflicto con resolución, velocidad, pero con los tiempos que necesita el mismo, es desde una filosofía que entiende el problema desde el Estado de Chile y no desde sus gobiernos de turno. En consiguiente, parecería necesario la creación de una entidad del Estado de Chile que trasciende gobiernos, en un tiempo a definir, liderada por las mejores personas que el país cuente para tamaño desafío, con perspectiva inclusiva, dialogante y resolutiva. Es decir, que emprenda la misión con recursos relevantes y reportabilidad a instituciones y a la opinión pública del país. Esto da luces de ser un camino diferente a los ya conocidos fracasos que hemos tenido en el pasado reciente con las estrategias de “en 4 años lo arreglamos”. 

3. Prioridades y acuerdos.

Si intentamos jerarquizar los focos expresados por las y los entrevistados para hacer frente al conflicto en la Araucanía, llegamos a la siguiente síntesis: 

  • Violencia en la Araucanía: Es prioritario y condición insustituible. Seguramente el gran desafío radica en la vulnerabilidad que posee la Araucanía, expresada en las condiciones de vida de su gente, que habilita y ofrece la emergente y agresiva participación del crimen organizado y el narcotráfico. Ambos fenómenos son el principal motor de la violencia que se vive en la región, según señalan las y los entrevistados. Junto a esto, metodologías y tácticas subversivas que son novedosas de alguna forma para nuestras policías y cuerpos de inteligencia.    

  • Tierras: Según las y los entrevistados, es este el problema del cual el Estado Chileno y los gobiernos han fracasado recurrentemente a lo largo del tiempo y, de no resolverse, el conflicto seguirá. Es una obviedad decir que el punto de las tierras es en extremo complejo: En lo económico, en las expectativas de acuerdos con los diversos actores involucrados, en la diversidad de intereses que están en juego. Pero es menos obvio señalar que, además de la decena de fuentes adicionales que han sido parte de este trabajo, las y los entrevistados coinciden (matices más, matices menos) en qué esto definitivamente se debe resolver y, por sobre todo, que es posible ser resuelto si le otorgamos la institucionalidad, la temporalidad, los recursos y la legitimidad que requiere para darle solución definitiva. 

  • Reconocimientos simbólicos y emotivos: En materia de reconocimientos, hay total acuerdo en las entrevistas de que estamos frente a un punto de cardinal importancia para hacer frente al conflicto en la Araucanía. Las conversaciones nos permiten proponer la siguiente analogía: Si Chile en su historia fuera una familia, el pueblo mapuche se trataría de aquel miembro que, por distintas razones, fue excluido, menoscabado e invisibilizado. En resumen, del cual hoy poco o nada sabemos… Y bueno, ese miembro quiere convivir en la familia y parte importante de ella quiere a ese miembro en la casa. Entonces, como cualquier familia que “re conoce” a algún miembro, requiere cariño, comprensión y, por sobre todo, mucho respeto auténtico a quién es esa persona. Por lo mismo los símbolos son sustantivos, cuando hay una lengua propia, cosmovisiones sobre las relaciones con lo divino, con la naturaleza, en las relaciones humanas, en la salud, etc. En otras palabras, sin ambición necesariamente de extender a otros de la familia, tiene una forma de ser y estar en el mundo que solo quiere perpetuar para los suyos y sus venideros.  

  • Pobreza y condiciones de base: 7 de las 10 comunas más pobres del país están en la Araucanía. Según señalan las entrevistas y las fuentes, el listado de precariedades es grande y explican vulnerabilidad y abandono. El conflicto de la Araucanía se entiende también en la pobreza y en las extremas condiciones de base de muchas y muchos de sus habitantes. El desarrollo económico y corregir estas carencias con fuerte determinación, se releva como otra prioridad fundamental y sistémica para hacer frente al conflicto. 

4. Consideraciones finales

  • Conflicto o tragedia: Las y los entrevistados, utilizaron distintos nombres para describir lo que se está viviendo en la Araucanía. Tensión intercultural, crisis, conflicto, tragedia, etc. Ud. Podrá pensar que es solo una discusión semántica, pero la verdad, es que el nombre con el cual bautizamos un determinado fenómeno, también invocará el tipo acciones que haremos sobre él. Desde este lugar, nos parece pertinente proponer la palabra tragedia. Por dos razones: la primera y muy bien justificada, son las pérdidas de vidas en torno a lo que está aconteciendo; la segunda, es la fuerza de la palabra tragedia, que invita a no ser complacientes ni menos utilizar las mismas “medicinas” que en el pasado han fracasado. Cambiar el nombre y re bautizar lo que sucede, puede ser también parte de la estrategia.  

  • Trazabilidad pública de un problema público: No se puede gestionar lo que no se mide. Seamos claros: a cualquiera de nosotros si sistemáticamente se nos hacen promesas y estas se cumplen parcialmente o sencillamente no se cumplen, es legítimo ser desconfiado e incrédulo. Más si cambian cada 4 años. Entonces, es de todo sentido común abordar este proceso con una extraordinaria rigurosidad y excelencia, que exija a cualquier órgano negociador de Gobierno y Estado una exposición pública de los compromisos realizados por cualquiera de las partes (gobierno, pueblos mapuches, privados, etc), de modo tal que estos sean de conocimiento general del país, que se le pueda dar seguimiento. Por todo lo anterior, considerar una gestión y continuidad adecuada hasta un anhelado y esperado acuerdo.  

  • ¿Tiene solución el conflicto y la tragedia?: Vale la pena confesar, que desde el inicio de la fase de diseño preliminar de este especial, la editorial de Mi Voz “entró a la cancha” con mucha resignación. No obstante, el estado de ánimo fue cambiando conforme hicimos el trabajo de fuentes y se fue transformando en auténtica esperanza, cuando fuimos grabando y dialogando con las distintas entrevistadas y entrevistados. 

Que quede claro: con esto no queremos decir que se trate de algo “sencillo” ni mucho menos. Sabemos que estamos frente a un desafío de una inmensa dificultad, con innumerables variables, con un pasado doloroso a cuestas y un presente que tiene la violencia como el fatídico invitado protagónico. 

Nuestras y nuestros invitados creen con fuerte convicción y puntos de coincidencia en los caminos de acción, que el conflicto y la tragedia si tiene un cauce de solución. 

A consignar: Serán varios años (no 4), costará dinero, requerirá mucho diálogo y acuerdos con interlocutores válidos y continuos (al menos institucionalmente). Debemos hacer frente a la violencia, sino el diálogo no será posible. Tendremos que abordar los vacíos de estado y resarcir urgentemente las condiciones de vulnerabilidad de comunas y personas en la región. Necesitaremos también hacer foco en crecer económicamente. Requerimos esfuerzos de “alto vuelo” para hacer acciones  simbólicas-emotivas para con el pueblo mapuche que re-conozcan y que re-ubiquen a este hijo de la familia Chile, con respeto y cariño, en un justo y merecido lugar.

Finalmente, el actual gobierno del Presidente Gabriel Boric, tendrá 2 caminos por optar:

  1. El que han tomado los anteriores gobiernos que más allá de sus buenas intenciones y esfuerzos, como hemos señalado, no han permitido darle un cauce continuo de avance a lo que está sucediendo en la Araucanía. Por el contrario, la situación lejos de mejorar, ha empeorado. 
  2. El camino de la templanza y la grandeza, fruto de los aprendizajes que las experiencias y fracasos que el pasado nos han entregado. Esa grandeza, probablemente, repercutirá en que el anhelado acuerdo y la paz en la Araucanía, no estará ni se celebrará en su legislatura, ni quizás en la siguiente. El valor estará en ser parte del camino construido entre todos.

www.mivoz.cl