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El ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, quedó en duda tras revelarse un contrato que desmentiría su versión respecto a jet privado que ocupó en su campaña del 2013. Según las justificaciones del líder del PRO, el avión se contemplaba en el contrato que firmó con Cono Sur Research SpA, sin embargo, en el mismo documento se descartaría la posibilidad de que el uso de la aeronave estuviera impuesto en éste. 

En la investigación que reveló Ciper [10], no se estipula algún servicio de transporte aéreo de Eríquez-Ominami por territorio chileno a través de un avión privado. Uno de los puntos que se incluyen en el acuerdo mencionaría, “el presente contrato excluye cualquier otra iniciativa que aquí no se contemple ni declare“.

Otro de los puntos que representa incertidumbre trata sobre el costo de la prestación del servicio del jet privado, ya que si se calcula todo el tiempo que duró la campaña la suma ascendería a 500.000 dólares, una cifra superior a los 170 millones de pesos establecidos en el contrato.