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El Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones de Vegetales, UPOV 91 fue ratificado la semana pasada por el Senado, por 13 votos a favor, 5 en contra y 6 abstenciones, es decir la iniciativa, quedó en condiciones de ser remitida al Presidente de la República para su promulgación.

Pero ¿qué es la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV)? es una organización que, aunque está integrada por gobiernos de todo el mundo, ha sido propiciada por empresas transnacionales semilleras, como la estadounidense Monsanto, que controla más del 90 por ciento del mercado de la semilla transgénica.

Esta ratificación ha provocado una gran conmoción pública, porque su promulgación significaría que nuestro país le permite a la empresa Norteamericada Monsanto, poseer las patentes de todos los tipos de semillas que existen en el país, es decir, será dueña en un corto plazo de todos nuestros vegetales, hortalizas, frutas y verduras. Este hecho le permite a esta gran transnacional semillera cobrar a los agricultores chilenos por cultivar con sus semillas.

Claro que las semillas que Monsanto entregará a Chile serán distintas a los obtuvo de nuestro país, porque serán modificadas genéticamente para que las plantaciones sean capaces de soportar los fuertes y dañinos químicos de sus herbicidas. En pocas palabras los agricultores chilenos no sólo deberán pagar por las semillas sino además comprarle a la empresa el famoso “Roundup”.

Aquí hay por lo menos dos factor que son muy preocupantes, primero; la introducción semillas transgénicas (modificadas genéticamente) mantienen un fuerte debate científico por los efectos a la salud de las personas y porque está demostrado que cuando se instalan en un lugar suelen acabar con la variedad de especies, por ejemplo en Chile existen 297 variedades nativas [13] de papas, número que se ve amenazado por este convenido. En segundo lugar el herbicida “Roundup” es el más utilizado en el mundo, pero varias investigaciones aseguran que la exposición de mujeres embarazas a su principal componente el “glifosato” duplica las posibilidades de un aborto espontaneo en etapas avanzadas de su gestación, entre otros estragos que puede producir en la salud humana, pero también en los suelos y variedad de seres vivos.

La empresa Monsanto fue multada [14] en dos ocasiones por publicidad engañosa, después de asegurar en sus comerciales publicitarios que su herbicida “Roundup” era “totalmente biodegradable”, es decir, que no dañaba a los seres humanos, al suelo y los animales. Hecho que fue desmentido por un tribunal que aseguró que el herbicida tiene productos químicos eco-tóxicas, en otras palabras, que dañan al medio ambiente.

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