El pasado 8 de septiembre de 2020 el pueblo Chango recibió por primera vez en el país, el reconocimiento oficial como pueblo vivo por parte del Estado de Chile. Tras años de arduo trabajo por parte de las distintas comunidades de habitantes changos en Chile, hoy al fin son considerados oficialmente como pueblo originario. 

Lo simbólico y la importancia de este reconocimiento se enmarca en lo que algunos autores denominan reemergencia indígena o etnogénesis, lo que se entiende como el proceso mediante el cual un grupo de individuos pasa a ser considerado como étnicamente distinto, principalmente debido a la aparición y difusión de unos rasgos culturales y sociopolíticos específicos que diferencian a los miembros de ese grupo respecto de otros grupos presentes en la sociedad.

Es así como este reconocimiento oficial por parte del Estado al pueblo Chango es parte y consecuencia de ese proceso de reemergencia indígena en nuestro país. ¿Y qué implica esto? Que, a diferencia del pasado, hoy como sociedad debemos actuar distinto. Tenemos el gran desafío de resguardar la identidad y la pertinencia local, y reconocer la diversidad de nuestros pueblos originarios con todo lo que ello implica, es decir, incluirlos efectivamente en el desarrollo del país.

Tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre este y otros temas en el seminario “Voces de los pueblos originarios de Atacama. Aportes para el desarrollo local inclusivo”, donde contamos con la participación de representantes de los pueblos Colla, Diaguita y Chango, pudimos conocer sus percepciones, sus realidades e historias.

La lucha de los pueblos originarios de Atacama es una lucha por la vida, por mantener sus culturas, sus historias, su pasado, por el cuidado de la tierra, el agua y los ecosistemas. Es una lucha que nos beneficia a todos, y de donde tenemos mucho que aprender.

Cuando nos enfrentamos a una época desafiante, que nos plantea reflexionar y definir otro tipo de desarrollo, uno más local e inclusivo que se ajuste a las necesidades de hoy, debemos estar todos y todas presentes en la discusión. Los pueblos originarios existen, viven entre nosotros día a día, tenemos similitudes y diferencias, y todo ello es esencial en la construcción de nuestra sociedad.

Estamos escribiendo entre todos y todas la historia de nuestro país, el proceso constituyente actual debe considerar las voces de los pueblos originarios en nuestra región, voces que serán sin duda un aporte para todo el país.