Vida después de la muerte

14 Agosto 2020

Muchos se preguntan ¿qué pasará conmigo? Entonces tratamos de no pensar en ello, pero igual experimentamos una vaga ansiedad y una inquietud confusa ante lo desconocido. 

Raúl Céspedes V... >
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Inevitablemente más de alguna vez, nos hemos puesto frente al dilema del significado de la muerte. Aunque la ciencia moderna pareciera apoyarlo, varias personas que han sido declaradas en “muerte clínica” han regresado a la vida con relatos vividos al estar totalmente concientes después de haber sido declarados muertos por los médicos.

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La muerte no es como muchos la imaginan. Cada uno en su momento tendremos vivir esto, para lo que no estamos preparados. Para algunos, se presenta como algo parecido a un sueño. Uno cierra los ojos y no hay nada más que oscuridad… y no se despierta.

Muchos se preguntan ¿qué pasará conmigo? Entonces tratamos de no pensar en ello, pero igual experimentamos una vaga ansiedad y una inquietud confusa ante lo desconocido. Tarde o temprano tendremos que pasar la “frontera”.  

Quiero relatarles algo que me sucedió hace exactamente un año, cuando estuve operado del cerebro y en la UCI del Hospital de Copiapó, en el post operatorio viví la experiencia más asombrosa que jamás imaginaba y que quiero -si me lo permiten– compartir con ustedes.

Sabía que estaba muriendo, sentí una sensación indescriptible de tranquilidad y de pronto me vi en un sitio oscuro, sin miedo, con agrado, me desplazaba en ese espacio o dimensión y me preguntaba si estaría muerto… de pronto veo un punto de luz y comencé a acercarme hacia ese punto, que a medida que avanzaba se hacía como un túnel de luz, donde todo era paz, quietud y plenitud de una belleza indescriptible. Me preguntaba ¿estaré muerto? y cada vez más con esa sensación de paz y tranquilidad al finalizar el túnel… había llegado a un lugar hermoso donde me inundo una paz, serenidad y plenitud que nunca había experimentado y comencé a ver adultos y niños que corrían… la paz que se sentía era indescriptible.

Mientras me desplazaba veía caras de personas que sonreían y la luz me envolvía con una plenitud inexplicable. Avanzaba en ese camino y de pronto ante mí, apareció mi padre que falleció hace siete años, me sonreía y al preguntarle si yo estaba muerto, me dijo que regresara y que volviera. Salí lentamente del túnel y comencé mi regreso.

Al estar nuevamente lúcido, me cuentan que estuve clínicamente muerto.

Hoy comparto esta vivencia con ustedes con la intención de hacerles reflexionar que la muerte… lejos de ser un paso hacia otra dimensión: es el mejor paso que podemos experimentar: el viaje final donde nos reencontraremos con otros seres queridos que se fueron antes que nosotros. 

Raúl Céspedes Valenzuela, Museólogo.-