Hablar de felicidad puede sonar poco atingente en momentos tan difíciles como los que estamos viviendo en épocas de pandemia en Chile y en el mundo, pero existen presiones sociales que están sucediendo a nivel global, nacional o regional que son complejas por naturaleza y no dejan de ser difíciles de resolver para cualquier tiempo. En estas presiones se escucha constantemente acerca de la necesidad de entrar a un mundo más sostenible y creo yo, que las sociedades deben estar dispuestas a escucharlas, canalizarlas y proponer soluciones.

Revisa también: Cuando la gestión de la felicidad puede contribuir a la estratégica

La sostenibilidad es un concepto que involucra proporcionar nuevas soluciones y hacer sistemas económicos y organizaciones más viables a largo plazo con menos daño para la sociedad y el bienestar del mundo (Ehnert y otros, 2014). Comúnmente, se le asocia a la protección ambiental, pero no es sólo eso. De hecho, algunos autores consideran que la sostenibilidad es un concepto tan complejo que involucra muchas otras dimensiones como el social, económico, ecológico, hidrológico y político-legislación, entre otros (Chanapathi y Thatikonda, 2020). Y en el último tiempo, también en el aspecto tecnológico. Y creo que ahí están los desafíos de hoy, a través de las distintas disciplinas, de las distintas profesiones, de las distintas miradas y visiones del mundo.

Si bien, el término de sostenibilidad se ha vuelto cada vez más popular, siendo la principal inspiración el informe Brundtland de 1987, se ha argumentado que los objetivos de desarrollo sostenible son el pilar en cumplimiento de objetivos planetarios con una mirada muy holística.

La organización de naciones unidas plantea estos objetivos que están compuestos por diecisiete dimensiones dignas de gestionar como lo son: ODS 1 Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, ODS 2 Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible, ODS 3 Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades ODS 4 Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, ODS 5 Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas, ODS 6 Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, ODS 7 Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, ODS 8 Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos, ODS 9 Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación, ODS 10 Reducir la desigualdad en y entre los países, ODS 11 Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, ODS 12 Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, ODS 13 Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, ODS 14 Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible, ODS 15 Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad, ODS 16 Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas y ODS 17 Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

Esto deja claro que existe un objetivo mayor con algún sentido, en la cual todos y todas podrían estar involucrados. Las acciones concretas están fundamentadas en la dignidad para acabar con la pobreza y luchar contra las desigualdades; en las personas para garantizar una vida sana, en el conocimiento y en la inclusión de las mujeres y los niños; la prosperidad mediante el desarrollo de una economía sólida, inclusiva y transformadora; el planeta mediante la protección de los ecosistemas para todas las sociedades y para las generaciones futuras; la justicia que promueve sociedades seguras y pacíficas e instituciones sólidas; y la asociación que lleva a catalizar la solidaridad mundial para el desarrollo sostenible.

En este sentido, comentar que existe sólida investigación científica que respalda el hecho de que participar en acciones sostenibles genera emociones positivas en el ser-humano. Así, ha sido demostrado el efecto positivo en el comportamiento pro-ambiental o pro-social por ejemplo. Es decir, un comportamiento pro-social está ya demostrado que incrementa niveles de felicidad o bienestar y satisfacción con la vida (Jahanshahi y otros, 2020). O también como cualidades sostenibles pro-ecológicas, de frugalidad, altruismo y comportamientos equitativos tienen relación significativa con el bienestar subjetivo, relacionado además con la autoestima (Delgado y otros, 2020). Creo que ya es hora de comprometernos con objetivos planetarios, pero creo que debemos hacernos algunas preguntas. ¿Cómo se podría hacer?