Red de Educadores de Párvulos “Los Cotonas Verdes”: Derribando los estereotipos de género

Red de Educadores de Párvulos “Los Cotonas Verdes”: Derribando los estereotipos de género

31 Agosto 2020
Actualmente existen 42 educadores de párvulos titulados desde las distintas U. en Chile, y 8 estudiando la carrera, siendo los titulados el 0,2% del universo de los profesionales Iniciales en el país. A penas un 10% se desempeña dentro de un aula, es decir alrededor de 5 hombres en todo Chile.
Juan Manuel Cáceres >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Por Juan Manuel Cáceres Carvajal

Educador de Párvulos

En octubre de 2019 se convocó a Educadores de Párvulos hombres de todo el país a participar en un encuentro, no sólo singular y específico, sino que también, para mí por lo menos, esperanzador y motivante. Se trataba de la primera reunión de varones titulados de una carrera tradicionalmente ejercida por mujeres.

Revisa también: Poder popular… o cuando los pueblos mandan

"...En la actualidad existen 42 educadores de párvulos titulados desde las distintas U. en Chile, y 8 varones estudiando la carrera, siendo los titulados el 0,2% del universo de los profesionales Iniciales en el país..." (Díaz, 2020)  entre ellos, apenas un 10% se desempeña dentro de un aula, es decir alrededor de 5 hombres en todo Chile.

Hay muchas explicaciones para que esto sea así y no sólo en nuestro país, en todo el mundo occidental impera una ley no escrita que establece que los hombres y las mujeres debemos hacer cosas, tener gustos, vestir, usar colores y profesiones que te corresponden sólo por el hecho de ser mujeres u hombres. Eso, en nuestros tiempos tiene el rimbombante nombre de “estereotipos de género” pero, en definitiva, responde al mismo lugar del cual nacen la mayoría de nuestros problemas como cultura, el Patriarcado.

Pero volvamos a la historia de los Cotonas… A Antofagasta, ese jueves 3 de octubre, llegamos 13 hombres a conversar sobre lo que hacíamos en el ejercicio de nuestra profesión; sobre el rol que tenemos en la sociedad, sobre la educación de la primera infancia y, especialmente, sobre la importancia de llamar a otros, más jóvenes que nosotros, a andar este camino.

Dijimos, entre otras cosas, que ser Educador de Párvulos es un acto revolucionario y profundamente político. Dijimos que no queremos seguir victimizándonos. Nos dimos cuenta que el humor nos acomoda a todos y que seguiremos viéndonos porque queremos contribuir a un país mejor para todos y todas.

Coincidimos con el feminismo y con los movimientos LGTB+ en afirmar que las estructuras heteronormadas e impuestas de relacionarnos son una forma más de opresión y de dominación violenta que no reconoce la diversidad y, más bien, tiende a la uniformidad de las mentes, las ideas y los deseos.

No fue sólo eso, pero sobre todo fue eso. Sabíamos que nuestra presencia era importante en el espacio en el que habíamos elegido estar, no porque fuéramos mejores o nuestro aporte fuera especialmente urgente. Era porque al ser hombres y estar frente a los niños y las niñas de nuestras escuelas y jardines, junto a una mujer, proponiendo juegos y desafíos, compartiendo tareas, limpiando caras y manos, recogiendo caídos y caídas, enjugando lágrimas y consolando dolores y alegrías que con suerte duran un par de minutos, sabíamos que comenzábamos una pequeña revolución. Estábamos abriendo puertas para que esos niños y niñas miraran de otra forma el mundo que les estábamos presentando, Lo miraran ojalá con la idea de que todo puede ser más amplio e infinito. Ya no sólo era el color rosado para ella, sino todos los colores y todos los juegos, incluido la pelota y los camiones. Que el llanto y la fuerza no le pertenecen a nadie y a todos, Que no sólo una mujer puede consolar tu pena de lunes por la mañana, demasiado temprano para arrancar de los brazos de mamá.

A eso fuimos… y esperamos volver a vernos, volver a conversar, a reírnos y a opinar de todo, para que conste que lo que hacemos va más allá del aula, pero volverá a ella cuando uno de nuestros párvulos, ya grande y con la independencia necesaria para hacerlo, se calce una cotona verde e invite a sus niñas y niños a conocer el mundo jugando.

 

 

Bibl. "Cotona Verde, Educación Parvularia en Chile" / Autor de la investigación en curso: Dr. Ricardo J. Díaz Asencio. Educador de Párvulos.