Puños con esmalte aumentan escandalosamente

Puños con esmalte aumentan escandalosamente

19 Agosto 2011

Entre el 2001 y el 2010, la violencia ejercida en contra del hombre se disparó escandalosamente en un 1.680%. Casi el triple que la sufrida por las mujeres.

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El honorable Senador Horvath, es sólo una víctima más entre miles de hombres que fueron o estuvieron a punto de ser agredidos en este país por parte de una mujer.

La investigación de la fiscalía de la apacible ciudad de Coyhaique determinará finalmente los hechos ocurridos en casa del Senador Antonio Horvath en calle Coraceros. Por de pronto, el caso alcanzó notoriedad pública, porque se trata de una alta autoridad y de su ex que blandiendo un hacha de más de 90 centímetros en su mano, aparentemente con la furia propia del despecho en su mente y mirada, lo amenazaba e intentaba, según lo informado, agredirlo y si se conside el tipo de arma, capaz que hubiese transformado el lugar en una película digna de un clásico de horror de Alfred Hitchcock.

Si bien es cierto que en Chile ,  cuantitativamente hablando,  las agresiones de mujeres en contra de hombres no son mayores que la de hombres en contra de las féminas, no nos engañemos . Hay un hecho indesmentible. Las agresiones de mujeres en contra de hombres, en términos porcentuales, han aumentado en forma explosiva . Y esto no puede ser mera casualidad. Yo no lo creo así. 

De acuerdo a las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior, la frecuencia de detenidos por delitos de violencia intrafamiliar en contra de la mujer aumentó entre el 2009 y el 2010, en todo el país, un 3,7 por ciento. Por favor , recuerde ese porcentaje : 3,7

Ahora compare ese porcentaje con la de frecuencia de detenidas por delitos de violencia intrafamiliar en contra del hombre, la que aumentó entre el 2009 y el 2010, en un solo año, un 25 por ciento, es decir 6,8 veces más que las agresiones sufridas por las mujeres. No el doble, ni el triple. ¡Casi siete veces más!

Si comparamos ahora los incrementos porcentuales en los últimos nueve años, vale decir entre el 2001 y el 2010, la violencia ejercida en contra del hombre se disparó escandalosamente en un 1.680 por ciento. Casi el triple que la sufrida por las mujeres.

Nos han inundado de publicidad que previene y condena la violencia intrafamiliar en contra de las féminas, se ha estigmatizado al hombre hasta el cansancio como un ser agresivo. Casi como si al menor enojo, todos fuéramos capaces de reventar en cólera y acuchillar a cuanta mujer se nos atraviese por el camino.

Se insulta a los agresores, pisoteando su dignidad a la cual, aunque fuese culpable, tiene derecho a que se le respete.

No puede ser que la misma autoridad se convierta de pronto en esos típicos sheriff de pueblo de mala reputación que hace y deshace a su antojo, transformándose en agresor al tratar de maricón a quien sea que agreda a una mujer.

¿Esta es una oda a la ley de la selva o a la ley del talión, del ojo por ojo, diente por diente? ¿Para allá apunta la política gubernamental?

¿No debiera la autoridad dar el ejemplo de mesura? ¿de respeto? ¿No debiera parar la agresividad y no al revés?

Ahora inventaron el "mariconazo", el calificativo de la Ministra del Sernam para quien no paga la pensión de alimentos.

Francamente , uno se pregunta ¿en qué país estamos viviendo para que un Presidente apruebe que una Ministra de Estado esté tratando de esa forma a quienes dejan de pagar una pensión de alimentos?.

Señor Presidente, si ese padre quedó cesante, no tiene cómo pagar ¿eso lo convierte automáticamente en un “mariconazo”?

¿Qué sentirá el hijo que se entera que su padre no pudo pagar su pensión y ahora lo están llamando por todos lados mariconazo?

¿Qué derecho tiene alguien de tratar así a otras personas, abusando de su poder y autoridad?

Al que roba o mata, se les trata de ladrón, de asesino. Al que golpea, la palabra es agresor. ¿Por qué en vez de agresor se le llama maricón?

Al que no paga la pensión, no debiera llamársele un incumplidor? ¿Un padre irresponsable? Antes se les llamaba papá corazón. Una ironía propia del carácter de los chilenos. Pero no era insultante.

¿Por qué tiene que tratársele de mariconazo?

Es que ahora impera la ley de la brutalidad y la agresividad. Hay que tratar mal, lo peor posible. La consigna es insultarlo, denigrarlo, agredirlo verbal y psicológicamente... porque eso están haciendo.

Si tanta agresividad la promueve y difunde el mismo gobierno, por intermedio de una de sus propias Ministras de Estado, claramente nadie de este gobierno tendría moral para exigir a cambio respeto de parte de la ciudadanía cuando alguna autoridad cometiera una falta, cuando dejara de cumplir con una promesa electoral, cuando se engañara u cometiera errores, faltas o delitos.

Sí, los puños con esmalte están aumentando escandalosamente.

Ahora cada cual saque sus propias conclusiones de por qué puede estar pasando esto.

Ricardo Viteri Prado

Director Separadosdechile.cl

 

Foto:www.psychologytoday.com