Nuevo Terminal de Buses de Copiapó relegado al Polvorín

La necesidad de que nuestra capital regional de contar con un apropiado terminal de buses interurbanos, ha sido y sigue siendo objeto de decisiones cuyo norte no es precisamente el bien común de la población. 

A fines de los años 70 del siglo pasado, se construyó un terminal interurbano en calle Chacabuco frente a Buena Esperanza, un terminal capaz de cubrir las necesidades de la época, donde las máquinas ingresaban y salían por avenida Freire. Era un terminal público administrado por la Municipalidad, el cual tenía una ubicación que garantizaba una buena conexión con las vías de transporte interurbano y, además, una adecuada accesibilidad para los pasajeros.

La privatización de dicho terminal determinó finalmente, al cabo de algunos años, su venta y desaparición, viniendo a ocupar su lugar uno de los tantos supermercados establecidos en la ciudad. La lógica puramente mercantil y el utilitarismo fácil, significaron la pérdida de un espacio y un patrimonio urbano esencial, como es un terminal de buses bien ubicado, accesible y seguro.

La desaparición del terminal de calle Chacabuco obligó a construir o habilitar los terminales por empresa que actualmente existen, todos mal ubicados y que congestionan calles claves de la ciudad.

Pese a que los estudios realizados por la Secretaría de Planificación de Transporte (SECTRA) y otras entidades públicas coinciden en concluir que la localización más recomendable para un nuevo terminal interurbano es el sector Entrepuentes o en su defecto el sector Tornini, las autoridades de Transporte y de Bienes Nacionales  sostienen hoy, que es mejor el sector del Polvorín y que ya habrían tomado la decisión de construir allí el nuevo terminal.

Las autoridades mencionadas debieran transparentar y exhibir los estudios que avalan esta conclusión. Ellos debieran demostrarle a los copiapinos que el sector del Polvorín es más seguro y accesible y que garantiza una mejor conectividad que el sector Entrepuentes, y que tampoco va a significar mayores costos para los usuarios.

De los propios planteamientos que han hecho públicos en los últimos días las autoridades de Transporte y Bienes Nacionales, se deduce, sin embargo, que no son razones técnicas las que han llevado a estas autoridades a definir el sector del Polvorín como lugar de emplazamiento del futuro terminal,  sino su explícito afán de reservar el sector de Entrepuentes para edificación “inmobiliaria comercial” de 12 o más pisos, de modo que ésta sea “atractiva” para los inversionistas.

Obviamente, lo anterior significa que para el actual ejecutivo regional, en el sector Entrepuentes tienen prioridad los proyectos “inmobiliario comerciales” frente a la alternativa de construir allí un terminal intercomunal más cómodo, seguro y accesible, al servicio de todos los habitantes de nuestra comuna.

Por supuesto que hace falta un debate amplio sobre el nuevo terminal. No es aceptable que decisiones tan trascendentes para el devenir de la ciudad y de sus habitantes queden libradas a la sola voluntad de autoridades que operan con criterios puramente rentabilistas. Eso es lo que corresponde en una sociedad democrática, lo que se requiere para abrir paso a un auténtico desarrollo urbano y no sucumbir frente a un crecimiento invasivo avasallador de nuestra identidad e intereses comunales.

En ese debate debiera escucharse la voz del Alcalde, de los Concejales, de los Consejeros Eegionales, de los gremios, de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, de los ciudadanos de Copiapó. En todo caso, hay que reconocer que algo se ha avanzado, porque sólo hace algunos días la decisión de relegar el nuevo terminal a los extramuros del Polvorín, sólo era conocida por las paredes de algunos herméticos salones del ejecutivo.

FOTO: https://es.foursquare.com/v/terminal-turbus-copiapo/