La tarea del Minvu: Viviendas para Atacama

La tarea del Minvu: Viviendas para Atacama

20 Mayo 2015

Es en la definición de lo “permanente” como antónimo de lo” transitorio”, en la que juega su rol el Minvu. 

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El Ministerio de Vivienda no construye campamentos ni viviendas de emergencia. Estos son siempre una solución inmediata y transitoria, gestionada por la Onemi y el Ministerio del Interior, y que requiere de una posterior solución definitiva, tarea a cargo de nuestro ministerio.

Es en la definición de lo “permanente” como antónimo de lo” transitorio”, en la que juega su rol el Minvu. Para este proceso de reconstrucción, en el que además la vivienda debe ser vista como un componente del barrio y de la ciudad, existe una variedad de instrumentos cuyo uso dependerá de las características de la intervención necesaria. Entre ellos destacan: las distintas líneas de subsidios, como los de Protección para el Patrimonio Familiar (PPPF), de construcción en sitio propio o en nuevos terrenos.

Pero ni la celeridad del catastro, ni la flexibilidad de instrumentos, ni la creación de otros nuevos, aseguran por sí solos un proceso de reconstrucción más rápido. La prontitud de la solución habitacional, especialmente para aquellas viviendas con daños graves o irreparables, que se encuentran dispersas en el territorio y alejadas de los principales sectores urbanos de la región, dependerá fundamentalmente de dos factores: la oferta de empresas constructoras y en segundo lugar, de una tarea de información por parte del Minvu, que permita otorgar mayor valor a las viviendas industrializadas.

Con esta denominación se conocen a aquellas soluciones constructivas en que parte de sus componentes se fabrican en plantas, para posteriormente realizar su instalación o montaje en la obra. Las viviendas industrializadas, representan soluciones capaces de responder a las diferentes exigencias climatológicas y topográficas de nuestro país y también, desde el punto de vista del diseño, responder adecuadamente a los requerimientos de cada familia.

Una ventaja innegable de este tipo de viviendas, es que los plazos de construcción son significativamente menores. Esto gracias a su proceso de construcción altamente mecanizado, la rapidez en su montaje y el uso de mano de obra especializada.

A modo de ejemplo, luego de aprobado el diseño del respectivo proyecto, el proceso de construcción de un conjunto de viviendas de albañilería tradicional demorará entre 24 y 36 meses, mientras que las viviendas industrializadas podrían estar habitadas en un plazo promedio de entre 12 y 18 meses. Así, de lo “transitorio a lo definitivo”, puede transcurrir un plazo bastante menor.

Por: Jaime Romero Álvarez

Subsecretario de Vivienda y Urbanismo