La nostálgica función de la gestión de personas

17 Julio 2020

La pandemia ha venido a agudizar problemáticas laborales inimaginables que calarán profundamente en nuestra sociedad. 

José Luis Silva... >
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En tiempos normales, la preocupación de la gestión de personas implícitamente consistía en la productividad, en la calidad de vida laboral y en el cumplimento de la normativa. Pero genera un poco de nostalgia pensar que los teóricos e investigadores han dedicado grandes esfuerzos en materias que hoy, se visualizan como parte de una antigua fragata naufragada en mares profundos. A lo mejor, vuelvan a ser la prioridad, pero tal vez en otro contexto, en una nueva realidad, en nuevos escenarios, en nuevos modelos de gestión con nuevos paradigmas, nuevas formas de mirar el poder o a lo mejor con otra forma de hacer comercio o una nueva forma de relacionarnos.

Se sabe que el mundo y Chile están pasando por profundas problemáticas. En Noviembre de 2019 ya se pronosticaba debido al estallido social, pérdidas de 500 mil puestos de trabajo aproximadamente. Hoy, en Julio 2020 van más de 1 millón. Una encuesta realizada por Randstad indicaba que un 79% de trabajadores reconocía que ha sentido estrés o ansiedad durante esas semanas de conflicto y a pesar de aquello, solo 36% de las organizaciones había puesto a disposición de sus trabajadores apoyo psicológico y emocional. De acuerdo con el estudio, 61% de los participantes expresaba que su productividad había caído, por factores como el agotamiento. Precisamente, el bienestar psicológico de los empleados también puede verse afectado.

La pandemia ha venido a agudizar problemáticas laborales inimaginables que calarán profundamente en nuestra sociedad. En este sentido, qué nos podemos atrever a decir de la calidad de vida en el trabajo, si los estados de ánimo están cada vez más bajos debido  a la situación adversa que vivimos, temor a perder el empleo, la incertidumbre respecto al comportamiento de la economía, la inseguridad laboral, la propia salud, entre otras.

A esto, se suma el aumento en la desocupación y las menores horas trabajadas producto de las empresas que han decidido acogerse a la Ley de Protección al empleo, suspendiendo las funciones de sus trabajadores y que han impactado negativamente en las remuneraciones. De la misma forma e intempestivamente aparece el teletrabajo, donde todos los estudios han demostrado que se dedica más horas que antes en esa labor y que el trabajo se ha sumado al quehacer doméstico, a problemas con internet o falta de espacios para trabajar tranquilo. ¿Y luego qué viene?

Se sugiere a las organizaciones cumplir con la normativa, pero también al sentido común. Cuando la vida y la salud es lo más importante. Creo que se viene un cambio cultural sin precedentes y la gestión de personas jugará un rol importante en ese desafío. De hecho, ni pensar en esos grandes objetivos de largo plazo como eran lograr rentabilidad o competividad. Hoy es la vida. Luego, será reconstruir. Y cuando todo haya pasado, orientar nuestros esfuerzos hacia las personas, la incorporación de valores y construyendo una nueva cultura de la dignidad, la equidad y la felicidad de esas personas. Y a lo mejor humanizando la gestión, a través de la generación de ambientes sostenibles, liderazgos humanizados y con interés de trascender, gestión por la calidad, por el bien común, por un trato justo, con empatía, con compasión. Entonces ahí, nuevamente la gestión de personas jugará un rol importante en la productividad y en la calidad de vida en el trabajo.