La escalofriante historia del ventrílocuo que usaba el cadáver de un niño para sus espectáculos

La escalofriante historia del ventrílocuo que usaba el cadáver de un niño para sus espectáculos

15 Mayo 2016

La historia de Charlie McCarthy ha sido un misterio para muchos y permanece dentro de las historias más escalofriantes de Estados Unidos.

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Corría el año 1920 y llegó al sur del país un nuevo espectáculo que rápidamente cautivó a la audiencia y en muy poco tiempo se hizo muy famoso. Se trataba de un Show de ventrilocuismo que admiraba a la vez que aterraba a todos los que iban a verlo.

El acto de McCarthy  era bastante sencillo ya que utilizaba nada más a un solo personaje durante la función: el muñeco Edgar y en él se concentraban todas las miradas, aunque no por mucho tiempo.

Edgar representaba a un niño de 8 o 9 años, de complexión más bien regordeta. Sus rasgos eran demasiado expresivos. Sus manos, demasiado reales y su tamaño no era del porte promedio del resto de los muñecos usados para el arte del ventrilocuismo, sino que era bastante más alto. Y aunque sus ojos eran de madera, como los de cualquier otro muñeco, había algo de tristeza y maldad en ellos que hacía que la gente dejara de mirarlo rápidamente.

A todo lo anterior, se sumaba que McCarthy era un verdadero maestro de su arte y nadie podía notar ni el más mínimo movimiento de sus labios, por lo que el público comenzó a denunciar al artista de brujería y le prohibieron a sus hijos que asistieran al show.

La gente estaba convencida de que el muñeco estaba poseído poralguna entidad demoníaca.

Otro de los elementos que sumaron al mito de Charlie MacCarthy fue el celo con el que cuidaba a su muñeco. A pesar de ser un sujeto muy amigable, alegre y comprometido con su audiencia, no permitía que, bajo ninguna circunstancia, se acercaran a Edgar.Ni siquiera el personal de los teatros en los que trabajaba. Sólo él podía sacarlo, tocarlo y guardarlo en su caja. nadie más.

De esta forma, McCarthy se convirtió en un hombre temido, odiado a la vez que amado por los aficionados a la magia.
Una noche, después de su show, los trabajadores se acercaron al camerino para avisarle que el teatro ya estaba cerrando y que debía retirarse. pero nadie contestó al llamado. Esperaron media hora y luego fueron a buscar a la policía ya que no se atrevieron a entrar al lugar. Cuando la policía llegó y forzó la puerta, todos quedaron sorprendidos con lo que vieron.

McCarthy estaba tendido en el piso. Estaba muerto y con el cuello destrozado. A su alrededor, un charco de sangre decoraba espeluznantemente el entorno del cadáver.

Los trabajadores contaron más tarde que se centraron en buscar al muñeco, pensando que el móvil del asesinato podría hacer sido el robar el muñeco. pero cuando abrieron la caja, lo que encontraron fue todavía más escabroso. El muñeco seguía allí, estaba guardado boca arriba con una mirada escalofriante. Los efectivos policiales sintieron temor de tocarlo, pero debían continuar con el procedimiento.

Cuando llegó la diligencia criminalística lo sacaron de su caja, lo examinaron y al observar los detalles, se dieron cuenta de que se trataba del cadáver de un niño de verdad ya que en la parte anterior de sus dedos habían huellas dactilares. Su cara, para ocultar la palidez de sus facciones, estaba envuelta y tapada con una máscara de látex.

Nunca se supo qué hizo McCarthy para conservar tan bien el cadáver. Es completamente inexplicable hasta el día de hoy. Sin embargo, el ventrílocuo se llevó el secreto a la tumba.

Tampoco se sabe bien la historia ni la identidad del niño, pero se especula que era su propio hijo y que, frente al dolor que sintió por su pérdida, no fue capaz de enterrar al niño y que, por esta razón lo conservó y lo incluyó en sus show, para tenerlo junto a él,sin asumir completamente que su hijo ya no estaba.