Fin del Mundo: ¿Antiguas profecías o profecía actual?

Fin del Mundo: ¿Antiguas profecías o profecía actual?

12 Diciembre 2012

Dios a través de Sus profetas nunca dio fechas, porque el destino y el futuro dependen del presente. Las fechas exactas para muchas personas tienen un efecto atemorizador que sólo incrementan la posible catástrofe, ya que cada pensamiento es energía y nuestros miedos o temores también lo son.

Juan Lama Ortega >
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Muchos analistas se siguen sorprendiendo por el boom mediatico generado por una fecha, aquella que supuestamente dieron los Mayas y que señala al 21 de diciembre de este año como el principio del fin o el principio de un cambio. Aquellos que han investigado un poco han descubierto que este supuesto año dramático fue profetizado por la cultura Maya como el final de nuestro mundo o por lo menos como el final de algo. Aunque no son unicamente los Mayas, tambien otras culturas y religiones auguraron en base a sus leyendas, profecias o cáculos, que en este año algo de profundo significado cósmico y espiritual ocurrirá. Entonces aparecerá una nueva época.

Aunque tal y como nos tienen acostumbrado las grandes superproducciones americanas, la pelicula “2012” enfocó el tema como una gran hecatombe a la que pocos conseguirán sobrevivir y que llegará a la humanidad por casualidad o por mala suerte, es posible que más de uno llegue a la conclusión de que nada pasa por casualidad y que las verdaderas profecias a lo largo de la historia nunca han tenido la finalidad de crear pánico sino de ayudar, pues el verdadero profeta nos previene de los efectos de nuestras propias causas. Se trata pues de una ley universal, conocida en el Cristianismo como «siembra y cosecha», es decir nada es producto del azar. Todas las catástrofes que suceden en el planeta Tierra tienen su origen en el ser humano, podriamos decir que el ser humano egoista ve la Tierra como un gran pastel que repartirse, así está consiguiendo que la Tierra se rebele.

Dios a través de Sus profetas nunca dio fechas, porque el destino y el futuro dependen del presente. Las fechas exactas para muchas personas tienen un efecto atemorizador que sólo incrementan la posible catástrofe, ya que cada pensamiento es energía y nuestros miedos o temores también lo son. Y si no queremos seguir contribuyendo con nuestros pensamientos y obras a las catástrofes hemos de empezar a crear hoy un mundo mejor. Sin embargo muchos preguntan ¿por qué envía Dios estas catástrofes, por qué no interviene? Esta pregunta sólo tienen una respuesta: Dios no envía ninguna catástrofe, por el contrario Dios siempre advirtió oportunamente. El mostró a Sus hijos el camino. En nuestro tiempo Dios volvió a enviar un gran profeta a los hombres, Gabriele, la profeta y mensajera de Dios, a través de quien dio y da Su mensaje desde hace más de 35 años, dando advertencias a la humanidad de una manera que ya nadie las puede desoír.

Muchas catástrofes climáticas podrían haberse evitado si se hubiera escuchado en aquel entonces la profecía de Dios, sin embargo la mayoría de los hombres, encabezados por la casta sacerdotal, que estuvo en todas las épocas en contra de los profetas de Dios, ni antes hizo caso ni hoy escucha Su palabra. Hoy sin embargo la ciencia apenas puede ocultar las transformaciones que tienen lugar.

Tampoco en esta situación que parece sin salida, Dios calla, El sigue hablando a través de una mujer que acoge en su interior el lenguaje de luz y lo expresa con palabras como las recogidas del libro “Esta es Mi palabra”:

En grandes espacios de tiempo se hunde el mundo materialista. En este poderoso tiempo de cambio vendrán plagas, enfermedades y catástrofes. Pero esto no será el fin de esta época. Mientras el hombre quiera dominar la Tierra, ella se sacudirá y se abrirá.

 En este cambio de era, el Espíritu eterno irradia incrementadamente a todos los soles y astros materiales, y del Universo irradia incrementadamente la luz, que se parece a un fuego. Ella agitará más los mares, de manera que saldrá de su lecho y habrá astros que transformarán lo impuro en puro. 

A consecuencia de esta influencia de la luz de Dios y de los astros, el planeta Tierra será de nuevo fértil. Todo sucederá antes de que se haya pasado del todo la página. Quien a pesar de estos efectos que vendrán permanezca fiel a Dios, Le alabe y adore, estará a salvo y edificará y vivificará la nueva Tierra con la siembra y la semilla del amor”.

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