El nuevo liderazgo y el fracaso de los timadores

El nuevo liderazgo y el fracaso de los timadores

12 Enero 2021

Creo que a pesar del dolor de lo que significa esta pandemia para todas las familias y trabajadores de este país, es una tremenda oportunidad para los líderes en concretar acciones comprometidas con sus trabajadores.

José Luis Silva... >
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En el año 2018 publiqué un libro llamado Gestión estratégica de la felicidad y dentro de un capítulo complementaba la importancia del liderazgo en la gestión del cambio y como elemento transformador producto de lo que pasaba en ese minuto.

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Complementaba de su importancia y que eran los llamados a generar una nueva forma de hacer las cosas, de responder a los escenarios actuales, de mirar la vida más ampliamente, de generar un trato justo, de encontrar nuevas salidas, nuevas soluciones, nuevos compromisos, conseguir objetivos planetarios, objetivos asertivos, conseguir ventajas diferenciadoras difíciles de imitar, entre otros. Ese capítulo se llamaba “El nuevo liderazgo y el fracaso de los timadores”.

De acuerdo a la literatura, el liderazgo se define como la capacidad de influir sobre otros, pero existen grandes diferencias en la manera en que se ejerce ese liderazgo. Algunos pueden influir sobre otros según sus cargos y otros en cambio, pueden influir de acuerdo con sus características y actitudes, las cuales generan identificación o entusiasmo en los seguidores. Bueno, cada cual puede hacer sus propias conjeturas. Más aún, hoy cuando se está tratando de salir de una crisis tan profunda como ha sido los estragos de una pandemia como las que nos afecta.

Creo que a pesar del dolor de lo que significa esta pandemia para todas las familias y trabajadores de este país, es una tremenda oportunidad para los líderes en concretar acciones comprometidas con sus trabajadores, de generar un desarrollo sin precedentes, de empatizar y de comenzar una transición compasiva postpandémica que refleje lo humano que somos. Sería interesante gestionar por ejemplo las competencias adicionales que se deben generar por el estrés que desató la incertidumbre de la pandemia o identificar las consecuencias para el salud mental de los colaboradores, identificar los nuevos métodos para ampliar la colaboración virtual o buscar alguna preferencia de empleados para trabajar desde casa, descubrir como las gestión de personas puede ayudar a las organizaciones a construir resiliencia organizacional o contribuir hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Hoy no se espera de ellos que digan cifras incorrectas en televisión acerca de los sueldos de los trabajadores sin ninguna prolijidad, no se espera de ellos que mientan, que velen por sus intereses particulares, que digan una cosa y que hagan otra, que lideren los procesos y no sean comprometidos con su personal, que persigan a las personas maltratándolas, que sean injustos, insolentes, intolerantes, sin visión sistémica, arrogantes, inhumanos, que se coludan o que se corrompan. Menos que no entiendan que las organizaciones están compuestas por personas y que ellas son las que producen, las que generan conocimiento o las que generan ventajas competitivas.

Creo que el llamado que hacen muchos a buscar modos sostenibles del management, es una idea clave en el repensar acerca del cambio en nuestra actitud psíquica fundamental y acceder a un poderoso recurso íntimo, que es nuestra capacidad para reflexionar sobre lo que hacemos o no hacemos. Para Maturana sería reflexionar para permitir escoger qué queremos conservar y encontrar qué hacer para ello. Una buena alternativa.

El Liderazgo trascendental es lo más atingente, pues hay estudios que aseguran que este tipo de liderazgo es el más útil en tiempos de crisis, pues busca no solo realizar transacciones en su contexto, sino orientar y transformar su espacio de acción impactando con ello el contexto institucional. Es un liderazgo que se basa en propósitos institucionales compartidos y en el apoyo de los miembros de la institución. Requiere una estructura administrativa descentralizada que motive intelectualmente a tener un mejor desempeño profesional y que promueva una cultura de colaboración (Bustos et al, 2016). El liderazgo debiera ser un servidor que constantemente mira por el bien de sus colaboradores y que la mejor forma de influir en los demás es a través del ejemplo.

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El líder que aproveche los tiempos difíciles para reforzar su compromiso con la misión, no sólo habrá conseguido mantener su liderazgo en tiempos de crisis, sino que además estará mejor preparado para emprender nuevos retos y aventuras organizacionales de futuro (Bustos y Cardona, 2009).