El árbol “Frankenstein” donde crecen más de 40 tipos de frutas

15 Mayo 2016

¿Cómo puede ser?

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Así es, se trata de un mismo árbol que puede cargar sobre sus ramas y según la temporada, desde varios tipos de melocotones, ciruelas y nectarinas, hasta distintas variedades de cerezas. ¡Todo un paraíso frutal sobre un mismo tronco!

Pero… ¿cómo puede ser? El artífice de esta obra de arte, o este singular capricho natural, es Sam Van Aken, profesor de la Universidad de Syracuse, en Nueva York, Estados Unidos.

Hacía años que llevaba un proyecto en mente: crear un árbol que soportara sobre sus ramas distintos tipos de frutas. Y para ello consultó con infinidad de biólogos, agricultores, y entendidos en la materia para que le diesen adecuadas indicaciones a su idea, a su proyecto científico a la vez que artístico.

La verdad es que fueron pocos lo que llegaron a comprenderlo, porque la gran parte de personas le preguntaban la finalidad que tenía aquello. ¿Para qué tener un solo árbol con muchas variedades de fruta? ¿No es mejor tener varios árboles frutales y recoger de ellos más cantidad de cerezas?

No. El profesor Van Aken tenía una imagen que deseaba experimentar: el ver a los transeúntes pasear por el campus de la Universidad y tropezar de pronto con un árbol cuajado de distintos tipos de hojas, de flores y de frutas. Con la llegada de la floración de unos y de otros, aquellas ramas cargarían con una belleza tan singular como un lienzo donde armonizan distintos colores, texturas, sensaciones… En su árbol, ese juego de los sentidos alcanzaría incluso el de los sabores… Así que ¿por qué no intentarlo?

Y lo hizo, lo hizo a través de numerosos injertos, precisos y tan perfectos que todos tuvieron éxito, y el resultado sin duda, es asombroso.

La clave está en que estas frutas de hueso tienen muchas similitudes en su estructura cromosómica, así que el profesor Van Aken las fue combinando en su árbol de modo muy efectivo. Según él, su árbol adquiere mayor belleza en primavera, ahí cuando su peculiar criatura a la que muchos llaman “Frankenstein”, se viste de tonos blancos, rosados, y violáceos; un proceso increíble que culmina con la llegada de las frutas.