Lo responderé de inmediato. El impacto es nulo o muy leve.

Las políticas públicas en materia de educación no se abocan a la práctica deportiva. Y esto se da por diferentes motivos, pero creo que en primer lugar es porque no tenemos una cultura deportiva basta, ni un o una representante a la cual llamar “super clase”, lamentablemente no lo tenemos.

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A lo anterior se suma que, si un alumno/a tiene aptitudes para algún deporte, las tiene que desarrollar en algún taller deportivo o extradeportivo o en alguna academia de fútbol, basquetbol o voleibol, durante los fines de semana o cuando termine su jornada escolar.

Para hablar que las políticas públicas en materia de educación comiencen a pensar en la actividad física, las clases de educación física deberían ser más de 2 horas a la semana y obviamente que estas políticas no se aboquen únicamente al fútbol y a sus estadios… y el ejemplo más triste y cercano es que las “multicanchas”, han perdido lo de “multi” y hoy solo son pequeñas canchas de baby fútbol.

Personalmente considero inconcebible que un alumno/a de 16 o 17 años no sepa correr, realizar flexiones de brazos o no conozca el concepto de una “zancada” o un “salto de potencia”.

Hasta hace no mucho tiempo se implementó el SIMCE de educación física y yo trabajo en un colegio municipal de Tierra Amarilla y nunca vi que nos hayan elegido para poder tomar la prueba, salvo una vez y la verdad no sé en qué quedó el tema porque no se volvió a hacer. En todo caso, la única vez que midieron a los alumnos en este SIMCE, los resultados fueron paupérrimos.

En la región se hizo un estadio de atletismo, pero este aún no se termina, porque con el último aluvión que hubo en Tierra Amarilla se perdió toda la pista atlética. ¿Se realiza atletismo en la región? Sí, pero de una manera bien precaria y básicamente por “amor al arte” y amor a la disciplina de atletismo que se está practicando.

Si bien es cierto, en los últimos años las clases de educación física han mejorado sus prácticas, de hecho, muchos apoderados me han comentado que su clase de educación física era básicamente que la persona que le hacía la clase les entregaba un balón y antes de eso dar un par de vueltas a modo de “calentamiento” y eso era todo. Hoy las clases se han ido estructurando y ordenando, pero en dos horas el impacto en un alumno, que por ejemplo tiene obesidad, es sedentario o que sus hábitos de vida no son saludables, no servirá de mucho, sobre todo en los colegios vulnerables en donde la ingesta de alimentos de los alumnos no es la apropiada, en sus casas no se nutren y en los colegios no alcanzan a suplir toda esa merma.

Imagen: Huawei / Agencia Uno