#CorresponsalCiudadano: Apruebo Dignidad y sus desafíos en Atacama

16 Agosto 2021
los auspiciosos resultados alcanzados por los partidos y movimientos que forman parte de Apruebo Dignidad en las últimas elecciones deben ser asumidos con suma humildad,
Tomás Garay Pérez >
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El 14 y 15 de agosto el Partido Comunista llevó a cabo su Comité Central, instancia en la que se tomaron importantes definiciones para el futuro de la candidatura presidencial de Gabriel Boric (Convergencia Social – Frente Amplio) y del pacto Apruebo Dignidad.

Las resoluciones adoptadas en dicho encuentro partidario eran esperadas con mucha expectación por parte de quienes formamos parte del Frente Amplio, puesto que incidirían directamente en el devenir de la fuerza política que estamos construyendo en conjunto, que incluye no sólo a la totalidad del frenteamplismo, sino también a compañeros y compañeras regionalistas verdes, independientes, dirigentes sociales, vecinales y sindicales, y al grueso de la población que ha depositado su confianza y apoyo en una propuesta de gobierno que, tal como lo señala el Programa de Gobierno de Gabriel, tiene como objetivo “(…) generar una democracia más profunda, mayor igualdad y más libertades para las personas y pueblos, cuyo motor de los cambios sea la desconcentración del poder y la superación del neoliberalismo”.

Al confirmar el PC su apoyo a la candidatura a Gabriel Boric y su decisión de apostar por una lista única de Apruebo Dignidad para competir en las elecciones parlamentarias, los y las comunistas reafirmaron su compromiso con la necesidad de consolidar un bloque político anti neoliberal, que pueda dar respuesta concreta a las demandas que ha levantado la ciudadanía en los últimos años y que, desde la perspectiva de las luchas y movimientos sociales, tuvo su punto de inflexión el día 18 de octubre de 2019.

Ahora, en el caso concreto de la Región de Atacama, se nos presentan tareas urgentes que demandan todo nuestro esfuerzo por concretar nuestro proyecto unitario y lograr el triunfo en las próximas elecciones. En tal sentido, quizás uno de los primeros desafíos será el de dar a conocer nuestras propuestas a todos/as quienes aún no han decidido su voto y que tienen la convicción de que el nuevo Chile debe construirse en base a una perspectiva feminista de la sociedad y la economía, que ponga énfasis en las futuras generaciones, con un sistema que se haga cargo de la crisis climática y ecológica en base a un nuevo modelo social, político y económico y que, además, propenda a la distribución del poder estatal en los territorios para, de este modo, alcanzar una efectiva descentralización.

Asimismo, cobra importancia marcar las diferencias con aquellas fuerzas políticas que detentaron el poder en los últimos años que, más allá de los cambios de denominaciones, siguen siendo los mismos que renunciaron al avance de cualquier agenda transformadora para terminar por convertirse en meros administradores del sistema.

Por otra parte, los auspiciosos resultados alcanzados por los partidos y movimientos que forman parte de Apruebo Dignidad en las últimas elecciones deben ser asumidos con suma humildad, comprendiendo que falta mucho camino por recorrer para que el proceso de cambio sea realmente exitoso. Por ello, las candidaturas a Consejeros/as Regionales y Diputados/as que se presenten en la Región de Atacama necesariamente deben tener conocimiento de las necesidades y demandas de nuestro territorio, lo que se logra a través del diálogo con las bases sociales, lo que conlleva a la apropiación de la actividad política por parte de la ciudadanía.

En consecuencia, estamos dando inicio a una nueva etapa en la articulación de las fuerzas de cambio; sí entendemos que nuestro foco debe estar puesto en lo que nos une y no en lo que nos distancia, seremos capaces de dimensionar la oportunidad única que tenemos para poder hacer efectivo un programa realmente transformador que represente los anhelos del pueblo chileno por un país más justo, digno y solidario y que, en el caso de las regiones, exige una nueva política descentralizadora que dote de mayor autonomía a los territorios y de nuevas herramientas para fomentar participación pública en la toma de decisiones