Esto se suma al encuentro que realizaron más de 300 jóvenes de la Pastoral Juvenil de toda Atacama, que se reunieron el sábado 19 para reflexionar sobre temas de contingencia, revisando textos del evangelio y escritos de Monseñor Ariztía, por ser considerado un ejemplo del valiente y comprometido seguimiento de Cristo y de amor a la Iglesia.

De la misma manera, en todas las misas de ese día en los distintos templos de la región se hará oración especial por la memoria de Don Fernando.

Moseñor Ariztía dejó una huella imborrable en Atacama, donde fue pastor por 25 y siempre destacó por su amor a la región. Al final de su carrera sacerdotal, una vez le fue diagnosticado un cáncer al hígado en 2003, Mons. Ariztía quiso regresar a Copiapó, Aprovechó sus últimos meses de vida para despedirse de amigos, discípulos y fieles de esa zona.

Tal fue el impacto del fallecimiento de Mons. Ariztía el 25 de noviembre de 2003, que el propio Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, varios ministros de Estado y el Comandante en Jefe del Ejército de la época, cambiaron sus agendas y asistieron a su funeral en Copiapó.

Más de cinco mil personas repletaron las calles de la capital regional para despedir al pastor de los pobres y al que alzó la voz por todos los chilenos, cuando muchos no tenían voz.

El último deseo de "Don Fernando" como cariñosamente le llamaban los fieles de Atacama a Mons. Ariztía, fue dar una vuelta por la Plaza de Copiapó y que a su funeral llevaran alimentos para los pobres. Sus restos descansan en el mausoleo de la Catedral de Copiapó.