Una grave denuncia de una supuesta negligencia médica ocurrida en la Región de Atacama fue denunciada a través de las redes sociales.

Magdalena Torres, con impotencia, contó por intermedio de Facebook, la historia de su padre Wilson (70), quien falleció ya que no pudo recibir tratamiento oportuno contra un agresivo cáncer que lo aquejaba, sólo porque no le entregaron una hora para un cirujano oncólogo en el Hospital Regional de Copiapó, por la cual debieron esperar más de seis meses y el daño era irreparable.

Diario Atacama informó que desde el Servicio de Salud regional el caso habría sido sometido a proceso de mediación en salud ante el Consejo de Defensa del Estado, instancia que, de por sí, compromete la más estricta confidencialidad. No obstante, el recinto hospitalario instruyó una auditoría médica con el objeto de tener elementos aclaratorios del proceso de atención del paciente.

LOS DUROS MESES DE WILSON

La hija de Wilson Torres, no se guardó nada y criticó duramente al sistema de salud por el trato recibido y contó los meses en que su padre y familia debieron, inexplicablemente, esperar por una hora que no llegó a tiempo.

"El año pasado, en el mes de agosto y septiembre, mi papá estuvo hospitalizado en dicho recinto (Hospital de Copiapó), aquejado de varias molestias producidas por una obstrucción al píloro. Para concluir ese diagnóstico se le hicieron muchos exámenes, aún así no sabían con certeza a qué venía esa obstrucción." Comienza señalando, asegurando que "siguieron con más exámenes y empezaron las sospechas de que había un tumor. Al mes y medio de estar en el hospital, tomaron la decisión de operarlo. Esa operación fue muy compleja y dónde se dieron cuenta que todo era producido por un 'cáncer vesicular invasivo'. Los primeros días de octubre le dieron el alta. En total estuvo 63 días hospitalizado".

Pero luego de ello comienza el verdadero calvario que vivió esta familia, puesto que Wilson habría quedado citado para su evaluación post operatorio el día 25 de octubre. Ahí "el doctor Matta le confirmó el diagnóstico y le dijo que debía ser atendido por el cirujano oncólogo, doctor Tapia, para que él le mandara a hacer evaluaciones y determinara el tratamiento a seguir, quimio o algo más, quizás en Antofagasta, le dijo. Mi papá y mamá se acercaron a pedir esa hora, para que el doctor Tapia lo atendiera. (tenemos el papel del día en que fue pedida la hora). Tras eso, le dijeron que lo llamaría, pero de todas maneras debía estar preguntando. Pasaban los días y en vista que no llamaban, decidieron acercarse a preguntar sobre la hora y resulta que en el sistema no aparecía, lo volvieron a inscribir. Y empezó la espera nuevamente desde 0". 

Así mismo señala que "pasaba el tiempo y mi mamá, papá y hermana se acercaban a preguntar por la hora cada cierto tiempo y las respuestas que le daban era que no había hora disponible o el doctor estaba de vacaciones, pregunte después... Así pasó octubre, noviembre, diciembre. enero y febrero, y ellos se acercaron reiteradas veces a preguntar y no había hora. Como familia estábamos inquietos, no sabíamos qué pensar". 

Hasta que a fines de febrero comenzaron los malestares en Wilson y en marzo se enfermó y fue al consultorio Mellibozky, donde le diagnosticaron neumonía. Magdalena relata que quien lo atendió "estaba sorprendido de que teniendo el diagnóstico de cáncer, en el hospital no le hubiesen atendido, lo mandó a hacerse radiografías para evaluar la neumonía, los malestares siguieron apareciendo, fue a urgencia del hospital y el doctor que lo atendió, también sorprendido de lo que había pasado, lo mandó nuevamente a pedir la hora con el doctor Tapia con un papelito (hora que había pedido en octubre). Fueron a pedirla y como si nada, le dieron la hora en el mismo momento, el doctor Tapia por fin lo atendería el 13 de marzo".

egún lo contado por la hija de la víctima, llegado ese día, el doctor Tapia "también molesto, por no saber qué había pasado con la atención de mi papá, le dijo que ya no había mucho que hacer con él, había perdido toda opción de tratamiento para el cáncer, porque las quimioterapia u otro tratamiento debía haber sido realizado dentro de los 3 primeros meses después de la operación, osea octubre, noviembre, diciembre... Era marzo ya, marzo! Habían pasado 6 meses! Le mandó a hacer exámenes para ver en qué estado se encontraba. Lamentablemente comenzó a presentar otros síntomas y cayó hospitalizado con ictericia". 

Agrega que "con ese diagnóstico lo hospitalizaron, por lo que a ellos le interesaba era resolver la ictericia, sin embargo las dos primeras semanas no hicieron nada porque la máquina que ayudaría a mejorarla estaba mal y debían esperar a que un doctor de Antofagasta viniera con una máquina a realizar los procedimientos a Copiapó. Cuando llegó la máquina hicieron el intento y no pudieron realizarle el procedimiento por su condición. Le dijeron que le harían el traslado a Antofagasta para intentar con otro procedimiento, pero luego se retractaron y le dijeron que no lo mandarían por que el jefe, había dicho que no, por lo tanto no había nada que hacer con él y lo mandarían a casa así tal cual estaba". 

Según Magdalena "las veces que hablé con su médico tratante (cirujano Rojas) me dijo que no sabía que había pasado, porque no lo habían atendido, pero había pasado el tiempo y ya no se podía hacer nada con él. Gente del mismo hospital, de GES y OIRS, me sugirieron que hiciera los reclamos pertinentes, así que comencé en esas semanas a poner reclamos en todos lados y por arte de magia, a mi papá lo empezaron a atender. Me llamaron un día del hospital para avisarme que mi papá tenía una hora con el doctor Tapia, siendo que mi papá estaba hospitalizado, tuvo que bajar al primer piso para que lo atendieran, esa hora era externa a su hospitalizacion. Era la hora que no le dieron cuando él la pidió en octubre. Fue, claro, esperó tanto que no se perdería esa hora. Y el doctor le volvió a decir mas de lo mismo. No hay nada que hacer. Quedó inscrito en el policlinico del dolor, para que te den tratamiento paliativos, su cáncer había avanzado tanto y afectó otros órganos, su cáncer es terminal. Le dieron el alta sin ni siquiera haber resuelto la ictericia que le aquejaba porque estaba en tan mal condición producto del cáncer". 

Finalmente Wilson no pudo más y falleció y magdalena con el dolor en su corazón señala que "jugaron con su salud, se vulneraron sus derechos de salud, su moral fue dañada, él tiene 70 años y no le dieron ni siquiera la oportunidad de seguir un tratamiento. Quiero que esto se sepa para que tengan en consideración la clase de hospital que tienen, la clase de atención que dan, gente inoperante que no hace bien su pega. Estoy recién comenzando un proceso de reclamos, pero esto lo llevaré hasta donde mas pueda para que se haga justicia por mi papá. Sé que esto ha pasado otras veces, pero a veces por desconocimiento la gente no reclama y por eso siguen pasando las cosas porque no fiscalizan el trabajo mediocre que realizan en ese hospital . Espero que se hagan responsables quienes estén involucrados en esto, personal administrativo, personal médico, quién sea".