8 de Junio: Día mundial de los Oceanos

08 Junio 2013
Los océanos existen en nuestro planeta desde hace millones de años, pero el ser humano ha necesitado tan solo unos pocos decenios para sacarlos de su equilibrio. Los signos de la destrucción están ya desde hace un tiempo presentes por todas partes. ¿Hasta cuándo soportará todo esto la naturaleza?
Juan Lama Ortega >
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En un punto concreto de las latitudes infinitas del Universo, formado en períodos de tiempo inimaginables para nosotros, resplandece un diamante blanco-azulado, es el maravilloso planeta Tierra. Un planeta perfecto abocado a la destrucción a manos de uno sólo de sus incontables habitantes, el ser humano. Los mares de nuestro planeta están llenos de vida, de preciosos jardines de coral donde peces de colores se mueven alegres, causando una impresión paradisíaca. Ellos viven en la unidad de su cardumen, se mueven llenos de armonía y consonancia, como si fuesen  un  solo ser.

Innumerables  arrecifes coralinos se han ido formando en el curso de milenios, viviendo en una simbiosis perfecta con su entorno. En los arrecifes de coral viven aproximadamente la cuarta parte de todos los peces conocidos. Se trata de un mundo submarino maravilloso que nos fascina y encanta, pero de extremada sensibilidad y fragilidad. La alteración más pequeña en la calidad o temperatura del agua marina, puede provocar una catástrofe ecológica  incalculable.

Pero el salvaje ser humano arrebata a las criaturas del mar sus espacios de vida. Los océanos son barridos con redes de arrastre y sus habitantes condenados a una muerte en masa horrorosa. La pesca es tradición y con grandes redes y sofisticada tecnología se persigue hasta a los últimos bancos de peces. Así trata el hombre a los habitantes del mar, a las criaturas de Dios. Ni siquiera se detiene antes los grandes y inteligentísimos mamíferos marinos como las ballenas, a los que con maestría se despedaza a cuchillo.

Pero antes de que la variada vida marina sufra los brutales métodos de “recolección” para ir a parar al plato del consumidor ávido, tiene que experimentar no pocas torturas a manos del insensible hombre.  Por ejemplo cuando el mar se convierte en un vertedero de las basuras de la civilización, provocando un envenenamiento lento de sustancias tóxicas de la moderna industria, o cuando los accidentes de los grandes petroleros y la radioactividad de las centrales nucleares contaminan los océanos y sus habitantes. En los últimos 40 años se tiene constancia de 24 petroleros accidentados con efectos catastróficos para el medio ambiente. El sufrimiento y la muerte penosa que sufren la mayoría de los animales y aves marinas son inimaginables. La basura en el mar es desde hace ya mucho un problema global, de hecho existen “islas” de basura flotando a la deriva, siendo la más grande casi como Europa central.

Los océanos existen en nuestro planeta desde hace millones de años, pero el ser humano ha necesitado tan solo unos pocos decenios para sacarlos de su equilibrio. Los signos de la destrucción están ya desde hace un tiempo presentes por todas partes. ¿Hasta cuándo soportará todo esto la naturaleza? 

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Juan Lama Ortega

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