Opinión: La fuerza de la unidad

Opinión: La fuerza de la unidad

09 Febrero 2015

Este nuevo bloque, y a raíz de los recientes resultados en cuanto a la aprobación de la Alianza, tendría al parecer sus días contados en virtud de una serie de dimes y diretes que varios personeros de estos referentes no escatiman en ventilar a través de los medios de comunicación.

Rodrigo Duran >
authenticated user

Rodrigo Durán es del Comité de Profesionales Amplitud

Durante el último tiempo las encuestas no han sido las mejores aliadas de la oposición, pero no nos engañemos: las encuestas, sondeos de opinión o como quiera llamarles simplemente grafican un determinado momento o coyuntura en base a una correlación de percepciones y hechos, reitero, del momento. Lo anterior no apunta bajo ningún punto de vista a bajar el perfil de los resultados, que son contundentes, pero obedece a lo que expondré a continuación.

Recientemente la UDI, RN, Evópoli y el PRI anunciaron a los cuatro vientos el nacimiento de un “nuevo conglomerado de derecha, centro derecha” en un contexto donde el caso Penta no ha dejado títere con cabeza, especialmente en el caso del gremialismo. Este nuevo bloque, y a raíz de los recientes resultados en cuanto a la aprobación de la Alianza, que dicho sea de paso no es lo mismo que adhesión, tendría al parecer sus días contados en virtud de una serie de dimes y diretes varios que personeros de estos referentes no escatiman en ventilar a través de los medios de comunicación. Diferencias que, por cierto, mantienen a la oposición siendo opositora de sí misma en vez de generar propuestas, contenidos o relatos que le permitan situarse desde una perspectiva constructiva y colaborativa. Porque ser oposición, al menos a mi modo de ver, no sólo implica criticar, cuestionar o rechazar todo aquello que el gobierno de turno realice, sino que requiere propuestas, sintonizar con las demandas ciudadanas y hacerse cargo de ese estado de ánimo de desencanto hacia la actividad política que tanto se reciente cuando se cuestiona la ética, moral y otros de nuestros representantes.

Así al menos lo deja entrever la reciente encuesta Adimark donde la oposición alcanzó una cifra de desaprobación histórica con un 78% y una aprobación del 11%. Sin ir más lejos, y en coherencia con estas cifras, en la última encuesta del CEP la oposición alcanzó un 16% de aprobación y un 44% de desaprobación. En el mismo estudio, pero en cuanto a la identificación, sólo un 10% de los consultados dijo sentirse representado por la oposición. Aquí quiero complementar con el 57% que afirmó no identificarse con ninguna de las dos coaliciones dominantes en el actual sistema político. Este último dato, y si lo cruzamos con los resultados de Cadem, nos dicen que el PRO de Marco Enríquez Ominami alcanza un 47% de aprobación. En tanto, Revolución Democrática de Giorgio Jackson se empina en el 45% y aquí viene un dato importante: Amplitud, el movimiento que acaba de cumplir su primer año de vida el pasado 7 de enero, logra un 37%. Sí, el mismo al cual muchos no daban una vida útil superior a unos cuantos meses, el mismo que ha sido vapuleado y ninguneado por parte de la oposición por el sólo hecho de hacer un trabajo que nadie del conglomerado ha sido capaz de realizar: sintonizar, escuchar y abrir espacios a la ciudadanía. En la actualidad, y proyectando el mediano – largo plazo, Amplitud dispone de un terreno exponencial de crecimiento que se podría traducir en ser el principal referente de la oposición. Y sí, leyó bien: Amplitud es de oposición aún cuando personeros del sector han tildado al movimiento de ser de izquierda por el sólo hecho, por ejemplo, de apoyar la reforma al sistema electoral. En este sentido recordar, porque la memoria es frágil, que Amplitud fue el único referente en votar contra la Reforma Tributaria que, dicho sea de paso,  fue aprobada con votos de la oposición. ¡Nobody knows for who works!

La coalición tiene en Amplitud un modelo a seguir y esto lo planteo con humildad. Porque el movimiento ha sido capaz de establecer un relato, generar contenidos, propuestas y otros que enriquecen la política en su conjunto. Sin ir más lejos, y mientras Amplitud se dedica a hacer su trabajo, la oposición continúa sumida en una especie de ostracismo que le dificulta el contacto con la gente que alguna vez creyó en su proyecto. Por el contrario, se empecinan en las descalificaciones constantes de uno a otro, las cuales incluso han sido dirigidas al ex presidente Sebastián Piñera que terminó su gobierno haciendo constantes llamados a la unidad por una cuestión simple: La unidad y disciplina del sector permitirá desempeñar un rol colaborativo con miras a reconquistar un Chile con más libertad, justicia y progreso para todos. Y es que claro, el ex mandatario entiende que las posibilidades de consensuar un proyecto país, que se haga cargo de las demandas presentes y futuras, es posible en la medida que a la unidad del sector se incorporen gestos o acciones que denoten humildad, solidaridad y respeto en cada uno de sus integrantes vinculando también miradas y propuestas que, aun cuando disímiles, sean capaces de converger en un proyecto colectivo, inclusivo y representativo que favorezca el crecimiento y desarrollo en libertad para las chilenas y chilenos.