Chile, en estas últimas semanas y meses, no solo ha sido el epicentro de diversos temblores ni erupciones volcánicas, sino también de un terremoto político con réplicas de mediana a gran intensidad: Penta, SQM, Nueragate, SII, Bachelet, Hijos, familiares, socios, acomodados, Luksic, bancos, UDI, Nueva Mayoría, “me enteré por la prensa”, en fin, muchos epicentros de un terremoto que está dejando varios damnificados y que quién sabe dónde irá a terminar todo esto. Lo peor de todo, los principales perjudicados es la ciudadanía y la Política misma, si amigos, LA POLÍTICA, ¿por qué? Porque simplemente, como instrumento del poder en democracia, es cómo podemos gobernarnos y guiar los destinos de nuestro territorio, velar por el manoseado bien común y que a este ritmo simplemente empezamos a quedar a la deriva entre tanto vicio de malos políticos.

Pero no todo está perdido y aún queda la esperanza en mentes centradas y sensatas, el lunes 02 de Marzo, el Presidente de la Corte Suprema emplaza al sistema político chileno a generar un mecanismo de sustitución o destitución de sus funciones a toda aquella autoridad que no esté cumpliendo con su mandato. Esta propuesta es positiva toda vez que genera un mecanismo de contrapeso y control a las autoridades que nosotros mismos le entregamos el voto. Recordar que ell@s están en sus respectivos puestos gracias a la elección mayoritaria de la ciudadanía, por lo tanto debiésemos tener también la facultad de poder destituirlos y reemplazarlos cuando estos no cumplan con sus compromisos para con nosotros.

En los últimos años, gran parte de los restauradores de la democracia, se han dedicado, por un lado u otro, a desprestigiar la Política y ha llevado a que como ciudadano desconfiemos de ella y ser un político signifique ser un ladrón o lo peor que hay en la Tierra. Eso debe detenerse, la actividad política es la que nos ayuda a organizar y perfeccionar nuestra sociedad, no destruirla, para ellos es vital que las herramientas democráticas sean más variadas, como este mecanismo de control ciudadano. Las autoridades pasan y no por ello deben ser semidioses que hagan y deshagan, se deben a la ciudadanía que los escogió y no a sus propios intereses.

Hoy la clase política, quieran o no algunos, está en crisis, nunca habíamos sido testigo de una debacle tan estrepitosa como esta y en tan poco tiempo. Por lo que, si las actuales autoridades y partidos políticos que están en situación de poder, deben expulsar o suspender de sus funciones a aquellos que están involucrados en litigios que atentan contra la buena ética de un funcionario público.