Liderazgo en periodos de crisis

Liderazgo en periodos de crisis

26 Junio 2020

Los líderes deben empatizar, entender, formar, cambiar, motivar y gestionar a las personas en aras del bien común.

Carlos Martin P... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Etimológicamente la palabra “Líder” tiene dos vertientes diferentes que se atribuyen el origen del término. Una sería de fuente latina y vendría de la palabra “Litis” o litigio, disputa, querella. Que a su vez; estas dos definiciones (disputa y querella) significarían “separar para podar” y “queja” respectivamente. Por otra parte; existe la teoría que el término procede del inglés “lead” que es guiar. Si complementamos ambas acepciones. Vemos que se avienen de maravillas. Por lo que el “Líder” sería quien forma y guía con sacrificio.

Hermoso concepto que indicaría el papel que debieran ejercer nuestros líderes y autoridades. La autoridad es un atributo que poseían los Senadores romanos, proveniente del latín “autoritas” o que se le atribuye “un saber socialmente reconocido”

Por lo que un líder debe necesariamente entender la naturaleza humana, perfeccionarla y conducir a los liderados al cumplimiento de los objetivos y metas del “equipo político - social” al que pertenece.

Entender a las personas individualmente consideradas y a las personas en sociedad, es una de las capacidades que debe poseer el líder. ¿Cómo son estas personas y como se relacionan con otras personas, incluyendo al líder mismo? En segundo lugar; Ser capaz de “separar” lo bueno de lo malo, lo necesario de lo innecesario, lo importante de lo superfluo, lo urgente de lo que puede esperar, lo permanente de lo perenne. Y así podríamos seguir. Ser  capaz de “formar a las personas” para con “quejas” y “sacrificio” conducir en equipo y situacionalmente al logro del “bien común”. El líder esta íntimamente ligado al concepto de bien común.

Los líderes y las autoridades en suma, deben ser capaces de guiar a los ciudadanos y equipos de manera participativa, mirando todos los valores, las necesidades, los deseos y las ideas que posee esta comunidad, pero bajo la noción de bien común. Deben ser capaces de educar y formar para “guiar al bien común” por sobre los errores y mentiras que propugnan los propios miembros de la comunidad.

El concepto de bien común objetivo es “necesario” para entender un liderazgo efectivo y productivo.

El o los líderes que funcionan como meros facilitadores y que se transforman en esclavos de los deseos y exclusivos intereses del cuerpo social. No cumplen su finalidad ética y social

El o los líderes que son meros ejecutores de sus intereses por sobre el interés común y se transforman en tiranos. No cumplen su finalidad ética y social

En suma: Los líderes deben empatizar, entender, formar, cambiar, motivar y gestionar a las personas en aras del bien común.

Por eso, estas personas deben estar dotadas de conocimientos, competencias y habilidades que les permitan cumplir con la naturaleza de su posición. La autoridad debe estar capacitada para tomar decisiones de todo tipo si son exigibles, aunque sean impopulares. Aunque no estén de moda, si sirven para el logro del bienestar. Naturalmente que debe tener las competencias y habilidades comunicacionales para ser capaz de “hacerse entender” por parte de la comunidad. Pero incluso, tomarlas si se requieren, aunque no se entiendan en un momento.

No deben ser perfectos, pero jamás un líder debe ser pusilánime, justificándose en que “es lo que la gente quiere” si afecta al bien común. Quien ejerce autoridad, debe de igual modo saber hacerse “aconsejar”  por otras personas “sabias” y “justas”

En definitiva; debe saber conducir, aunque se equivoque en oportunidades, a las personas al logro del bienestar social. Conducirlas pensando en ellas, con ellas, pero movilizándolas y cambiándolas para bien.

Por otra parte. ¿Cómo se debe comportar este líder en épocas de Crisis?

Para eso debemos entender que la “crisis” representa la dualidad “problema – oportunidad" Para enfrentar esta situación, el líder debe ser capaz de visualizar en toda su magnitud el problema y las posibilidades de mejoras que siempre se necesitan. Ser capaz de “impulsar las acciones, cambios y excepciones que esta crisis presenta.

Una crisis siempre tiene causas, desarrollos y consecuencias. Los líderes deben poseer las cualidades para dimensionar estos aspectos y conducir personal o colectivamente para el manejo o administración de la crisis, tomando las decisiones necesarias para esto.

¿Se puede equivocar? Naturalmente que sí, porque somos seres imperfectos. Harán las correcciones que se requieran y las adecuaciones propias del dinamismo de la crisis, ejecutando las nuevas medidas que debieran incorporarse.

Responderán por sus errores de manera institucional. Puede ser necesario que así sea, aunque en otras épocas existía la figura del “dictator” que era elegido por 6 meses y máximo un año para administrar la crisis (Catástrofes naturales, guerras, pandemias) y eran irresponsables políticamente. Cierto que era en la Roma antigua. Pero no dejaba de ser práctica esa institucionalidad.

Evidentemente que el líder, de un poder del estado, de una organización, de una empresa,  debe tener las facultades para poder gestionar el “problema – oportunidad” mediante sus habilidades de carácter emocional, intelectual y comunicacionales. Y los otros líderes deben respetar a la persona que ejerce una función definida, en consideración a la norma y la jerarquía que posee.

Una autoridad pública o privada que no respeta la institucionalidad base, más allá de las mejoras que sea “oportuno” efectuar, a través de los mecanismos que ella misma posee. No estará contribuyendo a  un manejo efectivo de la crisis.

Y el “pueblo” ¿qué debe hacer? Manifestarse institucionalmente y respetar las normas y las decisiones de la autoridad legítimamente constituida.

En la coyuntura que vivimos Se hace pertinente definir que este liderazgo debe poseer claras habilidades emocionales, de gestión y técnicas. El autocontrol, la tolerancia a la frustración, la capacidad de motivación, la flexibilidad, la capacidad para tomar decisiones, la visión estratégica, la capacidad de negociación y de colaboración, se hacen más indispensables para entender los nuevos escenarios de los liderazgos.

El generar acuerdos y tomar decisiones, innovando y adaptándose, constituyen un imperativo para el líder de hoy y del futuro cercano

Piense si estos ejemplos  se dan totalmente hoy en nuestro país y me refiero a todas las autoridades, no sólo al ejecutivo, no sólo a lo político. Y si el “pueblo” o los “dirigidos” también cumplen su parte.

A veces los acontecimientos me hacen echar de menos en lo político a un “dictator” que nos saque de la pandemia en 6 meses y por supuesto que a una ciudadanía civilizada que facilite la acción del líder. En la empresa se piensa que funciona mejor pero no siempre es así y para esto el líder debe ser capaz de proponer e imponer de manera consensuada un pacto de gobierno nacional u organizacional de crisis. Pacto que le da mayor capacidad de acción al líder.

En resumen: la crisis requiere de dirigentes probos, estratégicos, flexibles, activos, innovadores, con conocimientos en tecnología, negociadores, autocontrolados y  decididos.

Definitivamente “decididos por la superación de la crisis”.