Es bueno conocer, la raíz de nuestro lenguaje ya que, de esa manera, se enriquece nuestra comunicación. Como es sabido; “pseudo” proviene del griego y significa “falso” o “simulado”.

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En la actualidad es habitual proponer falsos o simulados conceptos de la persona y el humanismo, y de la democracia y la sociedad.

La gran mayoría de las personas que habitan este “loca geografía” adhieren y les dan valor a estos significantes. Pero muchos lo hacen de manera errada o derechamente interesada.

Y para lo anterior se actúa en ocasiones expresando un discurso, con eufemismos para engañar y aprovecharse de la buena fe de las personas.

“Eufemismo” también es una palabra de raíz griega y proviene de dos términos. “Eu” que significa; “bien o bueno” y “femis” que se traduce como “decir”. Por lo tanto; el Eufemismo es presentar algo bien dicho pero que son sólo palabras y provistos de contenidos falsos o al menos no completamente verdaderos.

Con ocasión de la próxima elección de constituyentes y redacción de la Constitución. Se ha abusado del uso de eufemismos, hablando de libertad, democracia, derechos y otros conceptos, sin entender el real significado, lo que nos llevaría de aplicarse estas posturas políticas, inexorablemente a un mayor control por parte del estado y un menor poder de decisión de las personas y de los cuerpos sociales intermedios.

Lo anterior no significa que haya que perfeccionar estas “libertades y derechos” pero sin afectar su esencia y adecuado alcance. Y sin olvidar que primero tenemos que cumplir nuestros deberes para así ejercer nuestros derechos.

En sencillas palabras, de que libertad hablamos. ¿Cuál es el alcance de la idea de libertad? ¿De dónde proviene y emana?

¿Es un regalo del estado? ¿Es una mera conquista política y social? ¿Cuál es el límite de ella?

Estos cuestionamientos son importantes. De mi perspectiva la libertad emana de nuestra naturaleza, que es la simbiosis de una realidad física y una espiritual. Por lo que nuestra “libertad” es mas amplia que la biológica o psicológica. Ella proviene de una dimensión espiritual y trascendente que le da un valor de absoluto, por sobre cualquier organización y especialmente el Estado. Es la libertad esencial o “Libre Albedrío”

Pero esta libertad, posee restricciones evidentemente. No sólo como mencioné las propias de nuestras limitaciones físicas y mentales. También de aquellas que surgen de las libertades de otras personas – incluyendo las que están por nacer – en consecuencia, su límite lo señala el principio del bien común que a su vez considera la ética como sustento.

El bien común contempla la dimensión social del ser humano pero construida y considerando la individualidad. El bien común no es la mera persona individual pero tampoco es la entelequia de la sociedad como algo mayor. Es la sociedad formada por sus partes individuales. Sólo hay bien común, cuando las personas están bien. “La Sociedad” es una realidad, pero no debemos olvidar que es una construcción de la persona natural y de los otros grupos humanos intermedios

Libertad para decidir, en qué creer; con quién vivir, que estudiar o trabajar; para emprender; que sistema de salud tengo; que comprar, etc. Y es papel del Estado, lograr que la persona, en términos amplios, cuente con este poder de decisión. La persona se aproxima a un estado de libertad, para decidir de manera efectiva dentro de sus límites.

Cualquier concepto de libertad que restrinja estas posibilidades o que las exagere, se transforma en un “eufemismo” y en una pseudo libertad.

El poder elegir es natural y necesario para el ser humano.

Por eso en la constitución debe consagrarse una “verdadera libertad” que considere la trascendencia y espiritualidad del ser humano con las justas y naturales limitaciones que deben tener.

Libertad para pensar y actuar, considerando el bien común, expresado en un ordenamiento jurídico reconocido, aceptado y perfectible por medios legítimos.

Lo contrario es una falacia, un eufemismo y consagra sólo regímenes cuasi o absolutamente totalitarios, de lo que nos arrepentiremos cuando ya sea tarde y nos maniaten en aras de una supuesta libertad

Es la vieja historia del lobo con piel de oveja.

Recuerda este adagio.

“Quien solo te habla de tus deberes; es un tirano. Pero quien sólo te habla de tus derechos; es un demagogo” …. o un Tirano con piel de oveja.

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