Benedicto XVI y el 28 de Febrero

Benedicto XVI y el 28 de Febrero

12 Febrero 2013

¿Por qué el Romano Pontífice, amante de la Teología y de la Historia, ha elegido esta fecha para renunciar al Papado? ¿Qué ocurrirá con el que volverá a ser el Cardenal Joseph Ratzinguer?

Felipe Cuevas >
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Benedicto XVI, Sumo Pontífice hasta las 20 hrs. de Roma (16 hrs. de Chile) del día 28 de Febrero del año en curso, volverá a ser el Cardenal Rtazinger. Así lo dio a conocer al Colegio de Cardenales al término de un consistorio en la Ciudad del Vaticano, aludiendo a temas de salud.

¿Por qué ha elegido el 28 de febrero?

Pues bien, el 28 de febrero es un día que está marcado en el calendario histórico de la Iglesia. El 28 de Febrero del año 380, el emperador Teodosio de Roma decretó el Edicto de Tesalónica, por medio del cual el cristianismo (catolicismo) se convertía en la religión oficial del Imperio Romano. Así la Iglesia, heredada de Templos, Altares y Sacerdotes, pasó de ser perseguida a ser protegida e incluso a ser perseguidora en ocasiones. Posiblemente el Santo Padre ha querido dar una señal muy potente, que por medio de su renuncia al Reinado, un hecho desconocido en la Iglesia desde hace 700 años, se contraponga dicho Edicto, y así la Iglesia Católica y Apostólica renuncia también al poder terrenal que ha tomado en si misma. Del poder a la humildad, todo en un mismo día separado por casi 20 siglos de la Historia de la Iglesia.

¿Qué ocurrirá con el renunciando Papa?

El Cardenal Joseph Ratzinger, a las 20 hrs. de Roma, destruido el Anillo del Pescador, su sello de plata y sellado los aposentos, se retirará a Castel Gandolfo, residencia veraniega de los Pontífices, lugar donde permanecerá hasta el momento en que tenga un sucesor, que se estima será en fechas próximas a la Semana Santa puesto que debe convocarse antes del 20 de Marzo, y lo que hace presagiar que no tendrá participación alguna en el Cónclave. Posteriormente se trasladará al monasterio de clausura llamado Mater Ecclesiae y ubicado en los jardines vaticanos. Convivirán así, en unos pocos kilómetros cuadrados, el nuevo Papa junto con su predecesor Benedicto XVI. Pese a lo inédito de la situación, tal y como ha señalado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, no habrá ningún peligro de “interferencias”. Pese a ser un Monasterio de Clausura, el entonces Cardenal Ratzinger podrá entrar y salir cuando quiera, aunque no contará con los privilegios pontificios.