La bahía de Chañaral es un "verdadero vertedero de elementos tóxicos" y el el Jote de Cabeza Colorada es otra víctima

La bahía de Chañaral es un "verdadero vertedero de elementos tóxicos" y el el Jote de Cabeza Colorada es otra víctima

13 Octubre 2020

La contaminación de la avifauna en Chañaral es preocupante.

Manuel Cortés Alfaro >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Hace algunos días llegó hasta una publicación que data del año 2013, que viene a enriquecer la bibliografía de tantos estudios efectuados por el mundo científico en relación al reconocido pasivo ambiental de puerto chañaralino.
Este estudio, encabezado por el doctor Pablo Valladares, denominado "Contenido de Cadmio y Plomo en tejidos de hígado y riñón en el Jote de Cabeza Colorada (Cathartes aura-Linneo, 1758) de Chañarala, Desierto de Atacama, Chile", consistió en evaluar los efectos de la biota terrestre, donde se analizó la concentración de cadmio y plomo en tejidos del Jote cabeza colorada, cuyos resultados indicaron que la acumulación, tanto el hígado como el riñón, por cadmio,  determinó que sobrepasan significativamente las normas si se comparan con datos de otras aves de similar rol ecológico, mientras que la concentración de plomo fue del rango dentro de lo normal.

Según los profesores investigadores de la Universidad de Tarapacá, Universidad de Chile y la Universidad Andrés Bello, plantean que es interesante analizar este estudio desde la perspectiva de la disponibilidad de metales en el relave masivo existente en la bahía de Chañaral, donde el plomo presentó mayores niveles que el cadmio y, que la diferencia entre órganos puede ser relacionada al rol de las metalotioneinas, presentándose además el rol del Jote de cabeza colorada como bioindicador de contaminación ambiental.

Pamela Vargas Toledo, ecologista preocupada de los temas ambientales de la localidad de Chañaral, manifiesta que, "según la literatura al respecto, el Jote cabeza colorada, tan común en nuestra bahía, es una ave que se alimenta exclusivamente de carroña, localiza los cadáveres con su aguda visión y sentido del olfato, que vuela a baja altura detectando los gases producidos por los inicios del proceso de descontaminación de animales muertos, sean estos, por las características de la bahía de Chañaral, proclives a la alimentación del lobo, gaviota, guajachos, peces y otras especies marinas que, de vez en cuando, se encuentran muertos precisamente por ingestión tóxica a orillas del mar en el masivo tranque de relaves reconocido a nivel internacional y, lo más grave, es que demuestra, cómo en la infinidad de la literatura científica, que la bahía de Chañaral es un verdadero vertedero de elementos tóxicos, corrosivos y contaminantes en forma masiva".