"El aspecto en el cual el abrazo y la lectura se asemejan más, es que en su interior se abren tiempos y espacios distintos del tiempo y del espacio mensurables".

Italo Calvino

No recuerdo el primer abrazo de mi madre cuando nací, pero si recuerdo el último abrazo que nos dimos y espero nos volvamos a dar pronto. 

Hay abrazos que salvan y nos esperan. Abrazos apretados como los que nos damos con Ignacia, cerrando los ojos y apoyando la cabeza en nuestros hombros. El abrazo que di a mi padre después de estar mucho tiempo distanciados. El abrazo de mis maestros cada vez que aprendo de sus textos mágicos. El abrazo de mi abuelo cada vez que caí y me levanté. El abrazo invisible que envío a las personas que quiero. 

Galeano dice que el primer y último gesto humano es el abrazo. Si se nace y muere abrazando, entonces esos abrazos serían como un leve aleteo. Un pequeño movimiento dentro del tiempo infinito, casi imperceptible. Pero bueno, es un movimiento que existe mientras lees estas palabras y eso merece respeto. Es nuestro turno en el universo. 

En la historia de la humanidad han existido muchas crisis, no somos tan exclusivos en ese ítem este 2020. Pasará y volveremos a estar juntos. Pasará y la belleza volverá. Cuidémonos para volver a darnos ese abrazo que salva. 

Cuando te abrace nuevamente, sentiré que es el primer abrazo que nos damos, como el que me regalaron al nacer. Pero esta vez lo recordaré. 

Abrazo grande.