Opinión: Vergüenza y políticas versus resultados

Opinión: Vergüenza y políticas versus resultados

26 Julio 2015

Análisis sociológicos se han escuchado para tratar de explicar el accionar de salvajes, que sin tener un segundo de raciocinio, no miden consecuencias y mezclan actitudes delincuenciales, delitos absolutamente repudiables con comportamiento de masas en recintos deportivos.

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El fútbol, pasión de multitudes… o de desalmados… así reza el viejo adagio popular y da la impresión de que lo ha sido desde tiempos remotos, con televisación o sin ella, con triunfos, escasos, morales o tremendamente merecidos, como el cetro de América recién obtenido por la Roja de Todos.

Después de esa hazaña, como se ha catalogado, viene “lo nuestro”, el torneo nacional, el fútbol criollo, las diferentes copas del balompié y la vergüenza de aquellas imágenes que han dado la vuelta al mundo en donde hordas, de uno y otro bando, se agreden y las emprenden con cuanto ser tienen por delante, incluidos guardias y carabineros.

Voces aparecen desde diversos sectores, soluciones se plantean por parte de distintos frentes, pero lo cierto es que esto no es nuevo y que de vez en cuando, volvemos a vernos envueltos en trifulcas, agresiones y vandalismo y en explicaciones que no sirven y solucionan poco y nada esta incomprensible conducta de un grupo de fanáticos que se dicen amantes del deporte rey.

Análisis sociológicos se han escuchado en los últimos días para tratar de explicar este accionar de salvajes, que sin tener un segundo de raciocinio, no miden consecuencias y mezclan actitudes delincuenciales, delitos absolutamente repudiables con comportamiento de masas en recintos deportivos.

Seguramente habrá medidas fuertes que tomarán los responsables de la seguridad en los estadios y la pregunta que surge también es si se tomarán similares medidas para apoyar al deporte chileno, que no solo es el fútbol, sino que otras disciplinas, las que también tienen exponentes capaces y que están dando lustre al deporte chileno, solo que con una cobertura mínima y un gran desconocimiento por parte de la masa que se dice “deportiva”.

Y a raíz de esta ignorancia mayúscula de esta nombrada masa, es que sale al tapete la noticia acerca de la construcción de un nuevo “Juan Pinto Durán”. ¿Será necesario? ¿Habrá recursos para ello? ¿Quién aportará los cientos de millones que implica tener un más moderno centro de concentración y entrenamiento? ¿No basta con el remozado complejo de Macul?

Son preguntas que se deben aclarar, pero me parece que hay prioridades y hoy, sin duda, un nuevo centro deportivo no encabeza la lista. Hay otras, potenciar a aquellos deportes y sus cultores que dan éxitos, de vez en cuando y por el solo esfuerzo físico y económico propio o de sus padres, adquisición de implementos deportivos de distintas disciplinas para una mejor preparación de nuestros deportistas, horarios racionales para un adecuado entrenamiento, buena alimentación y por sobre todo, políticas deportivas del Estado, no del gobierno de turno. Solo de esta manera y con una ruta a diferentes plazos podremos lograr los objetivos que hoy deseamos, pero que no son fruto de lineamientos establecidos.

Solo así, de esta forma, podremos crecer deportivamente y dejar de mendigarle a empresas o a chilenos que viven en el exterior, en realidades muy distintas, que se metan la mano al bolsillo para adquirir algún implemento tan necesario para estar a tono con el orbe deportivo mundial. Regalar un cajón de saltos, una montonera de juegos de camisetas o decenas de balones no posibilitarán nunca el desarrollo de nuestros deportistas. El camino está errado, son las políticas deportivas las que podrían conducir al deporte chileno a un sitial diferente y de privilegio.

Juan Francisco Ortún Quijada

Director de la carrera de Periodismo
Universidad Central