María de la Luz Uribe y Fernando Krahn: "Nuestra gran deuda"

María de la Luz Uribe y Fernando Krahn: "Nuestra gran deuda"

03 Octubre 2014

Si, es nuestra gran deuda. una pareja creativa dedicada al trabajo con infantil, María de la Luz Uribe y su marido Fernando Krahn, dedicaron su arte a los mas pequeños.

Karen Pesenti >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

¿Qué niño no disfruta de las canciones de tikitiklip? grupo infantil que renovó el cancionero popular infantil, pero alguien podría imaginar que todas esas canciones tenían un inicio poético,

María de la Luz Uribe nació en Santiago en 1936 donde estudia educación de parvulos y luego continua sus estudios en Roma especializándose en el método Montesori, paralelamente Fernando Krahn dos años mayor se dedicaría a las artes plásticas, especialmente a la caricatura, ambos ya tenían una carrera promisoria en Chile pero durante la dictadura son exiliados y su trabajo se pierde.

Ellos vagan por Estados Unidos y Barcelona, cultivando y repartiendo por aquellos lugares su legado, el trabajando en conocidas revistas internacionales y ella produciendo sus poemas para niños

Sin embargo ambos prefieren quedarse en Sitges en una estrecha casa de 3 pisos con 3 hijos y un gato. después de la muerte de María sus hijos encontrarían sus diarios de vida, lo cual les mostró la inmensa creatividad de su madre. Fernando la sobrevive casi por 6 años muriendo en la misma ciudad que ella.

¿Quién no recordaría el hermoso poema musicalizado por Tikitiklip?

EL REY DE PAPEL

Una tarde de paseo

me tropecé con un rey

magnifico y elegante

pero todo de papel.

 Haciéndome una gran venía,

Este rey que me encontré

me regaló su corona,

que era toda de papel.

 Me dijo: -En esta jirafa

iremos a recorrer

mi reino-. Y juntos nos fuimos.

Y era todo de papel.

 Lo primero que encontramos

fue un inmenso buey,

que estaba comiendo un sapo;

buey y sapo de papel.

 Después pasamos un túnel

y allí se puso a llover

gotitas de oro y plata.

Y todo era de papel.

 El rey abrió un gran paragüas

y yo me escondí bajo él;

No te preocupes porque todo es de papel.

 Y llegamos al palacio.

Más lindo no puede ser...

Lleno de torres, campanas

y princesas de papel.

 Diez princesitas había,

Las diez hijas de este rey.

Todas lindas, delicadas,

pero todas de papel.

La princesita más chiquita

que se llamaba Mabel

cuidaba flores y plantas,

todas, todas de papel.

 Y todas las princesitas,

tirando un largo cordel,

cerraban firme la puerta

que también era de papel.

¿Por qué tanto cerrar puertas?,

le pregunté a mi buen rey.

Ay, hija mía –me dijo-.

Somos todos de papel.

Si alguien quiere nos arruga;

nos puede hasta romper,

o tirarnos, o quemarnos

porque somos todos de papel.

Entonces, déme –le dije-,

déme rápido un pincel, colores,

pero papel, no encontré:

todo eran flores, manteles,

sillas, mesas de papel.

 Pero el rey me dio su espalda

y ahí escribí un gran cartel:

Prohibido, no se rompa,

Porque todo es de papel.

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