“Los niños desaparecen pegados al rumor de la fogata en un mundo de balas”

“Los niños desaparecen pegados al rumor de la fogata en un mundo de balas”

14 Octubre 2020

Si bien, siempre me han llamado la atención esos textos “anacrónicos” nacidos previamente al conflicto y me hacen preguntar ¿cómo fue capaz de verlo(o sentirlo)? Porque siento que hay cierta inconsciencia al escribir algo que estalla mucho tiempo después. 

Karen Pesenti >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Hace pocos días con un amigo nos pusimos a leer y comentar poesía y entre todos los libros que habían en su sala, uno me llamo especialmente la atención se llamaba “El niño dios de Sotaquí”. Comencé a mirar los datos y era un libro escrito el 2006, cartonero de El momo editor (editorial independiente artesanal y cooperativa).

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Así fue como al abrir el libro su primer verso me golpeo. Si bien, siempre me han llamado la atención esos textos “anacrónicos” nacidos previamente al conflicto y me hacen preguntar ¿cómo fue capaz de verlo(o sentirlo)? Porque siento que hay cierta inconsciencia al escribir algo que estalla mucho tiempo después. No sé, es mi impresión.

El caso es que me dejó pensando en el chico que arrojaron al rio. Y todo porque en su primer poema decía “Soy el niño dios de Sotaquí/ nadie me reconoce fuera del altar” ¿Cuántos niñxs dios hemos asesinado con nuestra necesidad de binarizar todo. Eso de que sociablemente necesitemos de buenos y malos, que todo sea blanco y negro. Y que si el niño no está en el altar es un malvado delincuente que nos viene a robar. Pienso en la sensación de ver “pólvora en los negros ojos/brilla/carcome sus manos” antes de ser arrojado y caer en un rio casi inexistente y que está manchado de sangre.

Esa sangre que Cecilia Vicuña trató de lavar y unir desde la cordillera hasta el mal a través de aquella hermosa intervención del hilo rojo. Pero ¿acaso no se han dado cuenta de la fuerza de esa protesta? El rio no nos está lavado, el rio está manchado de sangre, los hombres han violado sus aguas y las mujeres han callado sus gritos y una “ciudad [que] abre sus piernas robustas/mientras mi barco se encamina hacia algún puerto miseria” y lo siguen haciendo cuando caen niños u otras personas en esas escasas aguas.

El niño dios de Sotaquí

Raúl Kastillo

El momo editor

53 paginas

 

Nota al Pie: Todos los versos han sido tomados del poemario.