El último libro que he leído junto a mis compañeres del club de lectura que ofrece la biblioteca de Copiapó en coordinación con @talleres_labruma, fue “Prohibido Nacer” de Trevor Noah. Una cruda biografía sobre la vida en Sudáfrica durante los años 80s, donde se respiraba el “aparheid” que nosotres vemos como una historia sesentera en las películas norteamericanas. Asi es como en “el mundo negro” existían municipios segregados y las relaciones amorosas entre un blancx y un negre estaba penada por ley.

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Noah nace en ese escenario, vive su infancia sin ser negro ni blanco, porque es hijo de un alemán y una negra pero esta posición intermedia se acrecienta, ya que su madre le enseña a hablar inglés como primera lengua, lo que le daba una posición diferente frente a las personas. Puesto que, él al poder hablar diferentes lenguas se describe como “alguien que puede cambiar de formas”. Si bien, su madre es un personaje clave en la vida de una persona que estaba condenada a la pobreza y la esclavitud encubierta. Es ella, quien al sentir que no pertenece a ningún lugar le trasmite esta necesidad de moverse. Logrando que su hijo, el protagonista logré asistir a escuelas donde no importaba el color y “la educación era un poco mejor” ya que, en las escuelas para negres se entregaban contenidos que les mantenía en una especie de oscurantismo.

Así es como, mientras avanzaba en el libro, no podía no pensar en las escuelas segregadas que tenemos en nuestro país. Establecimientos educacionales donde a les niñes se les enseña a obedecer, se les aprueba con porcentajes mínimos y aun peor: la escuela está rodeada de rejas que supuestamente detendrían la entrada de ladrones. Pero se han preguntado ¿Por qué los colegios que trabajan con el 5% más rico de Chile no tiene enrejado y parecen verdaderos parques?

Para responder esta pregunta no es necesario meterse con Foucault, sino darnos cuenta que la escuela está pensada como un espacio carcelario, que educa a los más pobres a no sentir el trauma de ir a la cárcel; puesto que en su mente él/ella ya estaban en prisión. Entonces me pienso en que el Apartheid nunca terminó solo cambio de forma.

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Prohibido Nacer

Trevor Noah

Blackie books ed.

336 pag.