Habían bajas expectativas con la primera edición del festival de pornografía para realidad virtual en Tokio, las entradas costaban alrededor de US$27 y se realizaba por primera vez algo así en Japón. Lo que no esperaban es que la novedad de la temática, en un país como este, conocido por ser entusiastas de las cosas para las que occidente aún no está preparada, produjera una efervescencia.

El festival comenzó a las 2 de la tarde y en 20 minutos debió cerrar sus puertas, por el peligro de disturbios a causa de la inmensa asistencia, en un recinto que no daba para tanto. Entraron 20; afuera, más de 600, siendo controlados por la policia. Cientos fueron los curiosos que quedaron con las ganas de conocer las últimas novedades del entretenimiento para adultos.

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