En la Sala de Cámara, ubicada en plena Alameda, el viernes pasado se presentó nuestro pianista nacional Roberto Bravo, quien después de complacernos con su música y de leer algunos poemas que calaron hondo en el corazón de los asistentes, demostró su interés por nuestra ciudad, refiriéndose a los 33 mineros.
Tuvo tanta nobleza el maestro, que, además de honrarnos con su presencia, se dio tiempo para autografiar sus discos. Es, definitivamente, un ser apasionado, cautivador, un orador, un poeta que transmite todos sus sentimientos en el piano...
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las cosas simples