25 de noviembre: El Día de las Mariposas

26 Noviembre 2010
La violencia de género, en el amplio espectro de su significado, es un mal existente en todos los países del mundo y es producto de la desigualdad y la inequidad. Por Verónica Zamorano
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El Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres, que todos los años da origen a diversas actividades públicas, fue creado durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, realizado en julio de 1981 en Bogotá, Colombia.
En dicho encuentro,dirigentas dominicanas solicitaron que se declarara el 25 de noviembre como el “Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres”, en memoria de tres valientes mujeres compatriotas, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, conocidas por su nombre secreto de "las mariposas", asesinadas por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, en 1960, por sus ideas de libertad y justicia. Desde ese histórico encuentro, ocurrido hace ya 29 años, la lucha contra la violencia de género ha encabezado la agenda del movimiento femeninino a nivel mundial.
La violencia de género, en el amplio espectro de su significado, es un mal existente en todos los países del mundo y es producto de la desigualdad y la inequidad; un grave problema que forma parte del cuadro devastador heredado de políticas económicas de mercado que defienden las libertades individuales por sobre las colectivas.
Hablar de violencia de género,es hablar de desigualdades estructurales que atraviesan a todas y cada una de las otras desigualdades. Si hablamos de violencia, la mujer es la víctima. Si hablamos de oportunidades, la mujer es perjudicada, pues históricamente ha tenido menos posibilidades de formarse y desarrollarse plenamente. Si hablamos de empleo, la mujer es violentada al ser más desempleada. Si hablamos de participación social, la mujer está menos representada. Si hablamos de economía sin derechos, la mujer es la más vulnerable. Si hablamos de armonía de la vida laboral y familiar, la mujer es la que dedica más tiempo y esfuerzo al cuidado del hogar y la familia. Si hablamos de recreación, la mujer es la que menos tiempo puede dedicar al esparcimiento… Violentas desigualdades que no tienen argumentos más allá de lo cultural, de lo tradicional, es decir, el rol secundario que a lo largo de los sigloes se ha otorgado a las mujeres.
Si bien es cierto muchos esfuerzos se desarrollan desde entonces, y a todo nivel, para erradicar conductas que impliquen violencia explícita o simbólica contra las mujeres, éstas siguen siendo claramente insuficientes. Las cifras de femicidios, lesiones, acosos, abusos, violaciones y torturas por razones de género, se encumbran en la mayoría de las naciones.
De acuerdo con un estudio sobre la violencia contra las mujeres, realizado por la OMS en el año 2009, entre un 15% y un 71% de ellas habría sufrido maltrato físico; cada 5.000 mujeres, una fue o es asesinada por un miembro de su familia; el tráfico de seres humanos para fines de comercio sexual resultaba ser un fenómeno generalizado, y cada vez es más evidente el surgimiento de nuevas expresiones de actos degradantes, como es el caso de la internet y otras tecnologías. No obstante estos resultados, lo rescatable es que en todos ellos se han instituido planes nacionales de acción para ponerles punto final.
Es tan grave y profunda la huella de la violencia contra la mujer en la historia de la humanidad, que es posible calificarla como un gravísimo problema de salud pública, una transgresión a los derechos humanos universales y un factor negativo que impide lograr la condición de ser ciudadanas plenas, partícipes de los beneficios del desarrollo, colaboradoras activas del devenir social y político del país, y un freno para volar como mariposas.
Foto:
Elena Castany