Chile es un país de tradiciones y los volantines son uno de los tantos juegos típicos que se ven llamativamente volando en el cielo.
Chile es un país de tradiciones. Con ello en estas fechas de celebraciones en el mes de septiembre la masificación de diversos juegos característicos nacionalmente. Los volantines son uno de los tantos juegos típicos que se ven llamativamente volando en el cielo.
De diversos colores y tamaños divierten a grandes y chicos, que tiene sus orígenes en Chile a fines del Siglo XVII durante la época de la colonia cuando los sacerdotes misioneros, principalmente benedictinos trajeron la costumbre de encumbrarlos y de competir entre sí por derribar los otros volantines, n forma de competencia donde se usaba hilo curado, fabricado con una mezcla de vidrio molido con pegatina, adherido al hilo, y que en la actualidad –tras varios accidentes, muchas veces fatales- está prohibido por la legislación chilena.
Miguel Carrasco, el fabricante de volantines de papel en la ciudad de Copiapó, el que actualmente deleita a ciudad con sus diseños, nos cuenta que el inicio en este área comenzó con una larga historia que lo llevo a recorrer diversas ciudades de Chile. “Esto empezó hace mas de unos 20 años 25 años cuando era lolo, yo vengo de la ciudad Arica. Y desde ese entonces me gustaban los volantines y encumbrar volantines, varias veces cuando fui a comprar a otra persona ponía atención y miraba para aprender, un día se me ocurrió hacer uno y me encontré que tenía habilidad para hacerlo y así empecé a hacerlo. Lo hacía para mi primero y después ya cuando cumplí cierta edad en un momento dije porque no hacer para vender y comencé a hacerlos. Después se dio al posibilidad de empezar a viajar, así que ciudad que llegaba y me encontraba con la temporada de 18 hacia volantines, y así empezó todo y actualmente llevo en esto en la ciudad de Copiapó más o menos 14 años y hace 12 años que me gano en este lugar en Enríquez con Juan López”.
En la época en que conocieron estos llamativos volantines de papel, reinaban los famosos "pavos", los que aún en algunas ciudades siguen siendo llamados así, estos volantines alcanzaban grandes dimensiones y que en la actualidad se conoce como una de las más importantes tradiciones Chilenas. Así reafirma el conocido volantinero de Copiapó, sobre construir estos llamativos arcos de papel que vuelan “yo me llevo mucho tiempo en hacerlo, es un hobby y es el hobby que a mí me da dinero, pero es un trabajo sacrificado y creo que mayormente es para no perder la tradición, porque si es verdad que han salido todos estos volantines de plástico y muchos volantines de papel chino, somos pocas las personas que lo hacemos 100% a mano. Mis volantines están totalmente hechos a mano, no tiene nada de afuera, entonces yo creo que eso es lo mejor, mantener la tradición y pensar que alguien los tiene que hacer en todo caso, porque aquí son pocas las personas que están vendiendo volantines de papel”.
Existen varios tipos de volantines, los volantines en sí, los medios pavos, los pavos, las estrellas, los cometas, los aviones, entre otras variedades de volantines. Los precios son al alcance de la gente y un volantín pequeño vale 500 pesos, hay promociones de 3 volantines por 1000 pesos, y los pavos que son volantines ya grandes valen 1000 pesos, y en oferta al público este vendedor de volantines ofrece 2 por 1500 pesos, junto a la venta del hilo que tiene un costo de 500 pesos.
Si revisamos la historia en Copiapó durante estas fiestas, a diferencia del resto país, la verdad de las cosas es que la ciudad de Copiapó no es una ciudad volantinera, no es como en otras que les gusta más el juego, coincide en que mayormente le llama la atención en los días de fiestas, 16, 17, 18 y 19, y el día 19 que es la pampilla, pero las otras veces no, nos comenta el volantinero. Un ejemplo, es en Santiago, donde la temporada comienza en julio – agosto, donde ya están elevando volantines, con el término de la temporada termina en octubre, si volvemos a esta ciudad del norte chico, acá no sucede eso y tan solo dura cuatro días, solo acompañando a las fiestas.
“A la gente le llama mucho la atención, por los colores, hay que darse el tiempo para enseñarle a la gente a hacer tirantes, enseñarle a la gente a hacerlos, con el cuidado, mis volantines no tiene punta ni nada que sea peligroso, siendo muy cuidadoso para que no pase ningún accidente, no vendo hilo curado, nada que se peligroso y recomiendo que el comprara volantines sea para los niños de 10 años en delante no para menores”, señaló Miguel Carcamo.
Volantinero de Corazón que cumplió el record del año en la ciudad realizando 1.000 volantines para la Municipalidad de Copiapó, y el que además deleita a la ciudad con sus diseños que comparte además los sueños de batir algún Record Guinness ya el otro año elevando 500 o más volantines al mismo tiempo en el desierto de Atacama, realizar una exposición de volantines que representen a todas las banderas de los países del mundo y seguir conservando la tradición que se eleva en los cielos al jugar.
Entonces, la invitación está hecha. Invitación para toda la gente de Copiapó, a que se acerquen compren un volatín y tengan la oportunidad de deleitarse con el tradicional juego de papel. Dándose la oportunidad de disfrutar un buen momento elevando un volantín.
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