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El estallido social nos revela un descontento colectivo ante los privilegios individuales. Hay una lista de demandas sociales, pero que en el fondo engloban una crítica al modelo: el bien particular le estaba ganando al Bien Común.

De muestra, 2 datos que resumen la desigualdad: el 1% ostenta el 26% de la riqueza (CEPAL [16]), mientras que la mitad de los trabajadores recibe un sueldo mensual igual o inferior a $400.000.- pesos (INE [17]).

Quizás la capacidad de endeudamiento tapaba esta situación de la mayoría, hasta que esa mayoría miró para el lado, se unió y salió a la calle. Y así fue como concitaron la atención de sus reclamos y pusieron en tensión hasta la Constitución.

Así como los árboles no nos dejan ver el bosque, la coyuntura no nos deja ver el fondo: La historia nos está invitando a construir un nuevo Proyecto País, donde "nos salvamos juntos o nos hundimos separados".

El nuevo indicador de éxito será colectivo (¿cómo me va bien a mí y a los demás?) y la nueva legitimidad será en sociedad (¿esto es conveniete para mí y para el resto?).

En este nuevo panorama, nuestras acciones cotidianas, sumadas y multiplicadas, pueden transformar la tierra en que vivimos. Y por eso nos parece justo y necesario plantearnos esta pregunta abierta.

¿Qué estamos haciendo por el Bien Común en nuestra región?

#HoyEscuchamosHoyConversamos