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De acuerdo a cifras entregadas por la Superintendencia de Educación, las denuncias de maltrato a estudiantes a nivel nacional se vio incrementada en un 28% respecto del mismo periodo (enero – junio) del año anterior. Este aumento ha sido atribuido a la mayor conciencia social y menor tolerancia que existe frente a las situaciones de maltrato. El llamado es a seguir fortaleciendo estrategias de promoción del buen trato y prevención oportuna de situaciones de violencia con el compromiso de toda la comunidad educativa.

En el caso de la región de Atacama, durante el mismo periodo, observamos un aumento de 36 denuncias, respecto de las 13 registradas el 2015 a las 49 del 2016.

Si bien las comunidades educativas están haciendo esfuerzos importantes en este tema, las altas cifras de denuncias por situaciones de maltrato podrían explicarse por dos motivos. El mayor conocimiento normativo, en donde las familias y comunidades educativas están cada vez más conscientes de que existe una normativa educacional que resguarda derechos educacionales y que ante casos de maltrato la Superintendencia de Educación tiene facultades de fiscalización. Esto podría estar generando el aumento de las denuncias.

Y el mayor rechazo a prácticas que antes eran comunes, es así que temas como el bullying y el maltrato en general, han sido parte de la agenda pública durante los últimos años, estableciendo así una nueva percepción de prácticas antes naturalizadas que hoy provocan mayor impacto y rechazo.

Marggie Muñoz, Directora Regional de la Superintendencia de Educación, al respecto de la información entregada, señaló, “Es importante que ante el aumento de maltratos entre alumnos, los establecimientos formen en sus estudiantes competencias para la resolución pacífica de conflictos y medidas de prevención para evitar que los conflictos escalen hasta llegar a agresiones físicas”.

Agregando, “En los casos de mayor violencia se ha observado que, generalmente, existe concertación y planificación de las agresiones. Es decir, los estudiantes se ponen de acuerdo sobre las maneras de ejercer la violencia, roles y espacios a utilizar. En este sentido el llamado a familias, docentes y directivos es a estar atentos a las señales para actuar oportunamente. El maltrato sistemático comienza con pequeñas acciones que deben ser detenidas a tiempo”.

Como país estamos desafiados a diseñar e implementar procedimientos cada vez más efectivos que permitan una resolución pacífica de conflictos. Las comunidades educativas deben buscar la manera de incorporar estrategias de colaboración y diálogo que permitan el desarrollo de relaciones de buen trato.

Especial atención merece la discriminación que en gran cantidad de casos están a la base de las agresiones. Las escuelas deben respetar, valorar la diversidad y contribuir a que los distintitos integrantes también la respeten y la valoren, fortaleciendo las prácticas de inclusión en la comunidad.

La Superintendencia de Educación busca orientar y guiar a los establecimientos a generar espacios de diversidad e inclusión, promoviendo así una cultura del buen trato, respeto y diálogo, pero también realiza un exhaustivo trabajo para fiscalizar y sancionar prácticas de discriminación.

“En caso de tomar medidas disciplinarias contra el maltrato, es importante asegurarse que tengan enfoque formativo y se resguarde siempre el debido proceso, o sea que cuente con etapas de apelación y reconsideración de la medida, existiendo garantías para el alumno y a la escuela”, enfatizó Marggie Muñoz.

La Superintendencia de Educación hace un llamado a promover la participación y el buen trato en nuestras comunidades. Actuar de forma preventiva y reaccionar oportunamente en casos de maltratos, estando atentos a las señales de toda la comunidad. Además de contar con procedimientos y formación para la resolución pacífica de conflictos entre los distintos integrantes de la comunidad y fortalecer los canales de comunicación con las familias, aumentando el compromiso con el Proyecto Educativo y la contribución a comunidades de buen trato.