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El humo de la Fundición Hernán Videla Lira está afectando a los vecinos de Tierra Amarilla y Paipote como no ocurría hace más de una década y la comunidad se ha organizado para protestar y pedir soluciones y la primera autoridad regional brilla por su ausencia.

En los años 90 la comunidad de Tierra Amarilla y Copiapó se organizó para protestar por la contaminación que afectaba brutalmente la zona y las autoridades de la época sensibilizaron con el tema, se hicieron cargo de la problemática y decidieron invertir importantes recursos para mejorar los procesos productivos de la Fundición Paipote y mitigar sus efectos.

Sin embargo, hoy vemos un gobierno insensibles e incapaz, que no duda en calificar de psicóticos a los habitantes de nuestra comuna y que inclusive intentan desconocer el problema señalando que más bien es una exageración atribuible a la “sensibilidad actual”  de la personas con los asuntos del medio ambiente, mostrando una incapacidad tremenda de ponerse en el lugar del otro, de los afectados, de la ciudadanía.

Es tan evidente la insensibilidad y despreocupación de este gobierno para con el tema, que hasta hoy no hemos visto a la Intendenta referirse a esta situación, se supone que se encuentra de vacaciones o haciendo uso de su feriado legal y está bien, es legal, pero es éticamente inaceptable. Clases suspendidas en las escuelas, niños intoxicados por el humo, múltiples episodios críticos de contaminación y la primera autoridad de vacaciones. 

Las autoridades somos autoridades todos los días, las 24 horas y cuando se afecta de esta manera a la ciudadanía debemos estar y hacernos cargos del problema. La intendenta Ximena Matas debe dar la cara, transparentar la información, escuchar a la ciudadanía y buscar soluciones, pues ya no trabaja en una empresa, es intendenta y debe ponerse a la altura de la situación. Seguir culpando a los gobiernos anteriores y jugar a empatar a estas altura parece patético, hoy día se requiere un gobierno proactivo que entienda que es necesario tomar medidas y esas medidas no pasan por cerrar ni privatizar, la tecnología ha avanzado muchísimo y deben invertirse todos los recursos necesarios para que la planta siga funcionando pero sin afectar a las personas, como ha ocurriendo durante este año.