La información fue dada a conocer por el Rector, Dr. Celso Arias, quien junto al Comité de Emergencia de esta institución ha monitoreado personalmente esta grave emergencia desde sus inicios. Junto al Comité están desarrollando todas las acciones posibles con miras a poder contar con un catastro aproximado de las dependencias afectadas, labor que ha sido dificultada por el nivel del lodo que inundó las dependencias universitarias, y que varía hasta en un metro de altura en diversos sectores, principalmente en el Área Norte, lugar donde se concentran además los principales servicios administrativos, oficinas y la Casa Central de la institución.

En vista de la compleja problemática de sus dependencias, sumada a los daños en las viviendas de diversos funcionarios, académicos y estudiantes que residen en las zonas más afectadas de la región, es que la Rectoría mantiene suspendidas temporalmente todas las actividades funcionarias y estudiantiles por un plazo de dos semanas, fecha tras la cual se informará el catastro estimado de daños y tiempos de recuperación de las dependencias universitarias.

El Rector destacó que se ha buscado dar tiempo para que las personas que componen la comunidad universitaria puedan recuperarse junto a sus familias de los efectos de esta emergencia, y poder a la par iniciar con maquinarias los trabajos de despeje de las principales vías de acceso a la universidad con el propósito de facilitar –posteriormente- el acceso a cuadrillas de trabajo para la recuperación de las diversas unidades.

Cabe destacar que en el caso de la Sede Vallenar se retomaron las actividades normales el lunes 30 de marzo con una hora de término de las actividades a las 18:00 horas, en consideración al toque de queda. Mientras que en el Campus Cordillera las carreras del área de Salud instalaron un centro de acopio y voluntariado con el propósito de ir en ayuda de la comunidad más dañada por las inundaciones.