Semana Santa: Tiempo de reflexionar sobre nuestro amor por el prójimo

Semana Santa: Tiempo de reflexionar sobre nuestro amor por el prójimo

23 Abril 2011

Que el ejemplo que Jesús nos legó sea el estimulo para romper las cadenas del individualismo y de reconocer que no solo, estamos hechos para disfrutar de  los bellos momentos que nos brinda la vida.

Verónica Zamorano >
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Sin dudas, una de las actividades más importantes e intensas dentro del calendario  católico, es la semana santa o semana mayor, por las implicancias que estos días representan. Un llamado a la reflexión y al encuentro con la vida y obra de  Jesús

Sin embargo, con el paso de los años y producto de un sistema  carente de sentido social,  para muchos católicos esta fecha se ha convertido solo en una ocasión perfecta para el descanso, la diversión y el consumismo.  Se olvida lo esencial, el entender ¿Por qué? Jesús, nació, vivio, y se entregó a la muerte, como tributo al más grande de los sentimiento, el amor al prójimo.

Prueba de ello  es  que  la indiferencia, la insensibilidad, la apatía, ante los sufrimientos y las necesidades de quienes viven cerca y de quienes viven lejos avanza en el mundo, en las familias, en la sociedad, cada vez que dejamos que el miedo, la prisa, la superficialidad, la avaricia entren en el alma y lleguen a convertirse en el criterio último de lo que hacemos o de lo que dejamos de hacer.

Lejos de caminar en semana santa con los principios y valores que nos entregara en el sermón de la montaña el que nos dice “No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero”. De entender que  Dios no puede reinar entre nosotros, sino preocupándose de todos y haciendo justicia a los que nadie la hace. Caminamos con la indiferencia

Cuántas veces hemos visto a un adulto mayor  ir de pie en una micro sin  que nadie reaccione inmediatamente y ceda su lugar, cuántas veces hemos sabido de alguien que perdió su empleo y  muy pocos ofrecen su ayuda solidaria, cuantas veces se ha sabido de un familiar enfermo y lejos de inmediatamente asistir a visitarlo se encuentran mil excusas para no ir, cuántas veces hemos visto pasar la historia desde  la vereda del frente, con la impresión de que lo que le sucede a los otros a  mi  no me afecta, cuántas  veces hemos conocido el drama de los que no tienen una vivienda y en lugar de apoyar sus legitimas demandas nos  alejemos  .  Ejemplos sobran,  que nos demuestran que si  somos capaces de percibir las necesidades ajenas, pero  es más fácil  mirar hacia otro lado y olvidamos que los problemas de los demás con el tiempo se transforman en nuestros problemas.

Tal vez , sea esta gran semana, la oportunidad de perpetuar el  sentido del sacrificio, de promover el amor, la solidaridad, la fraternidad, el bien común y la entrega hacia otros. Que el ejemplo que Jesús nos legó sea el estimulo para romper las cadenas del individualismo y de reconocer que no solo, estamos hechos para disfrutar de  los bellos momentos que nos brinda la vida, sino también y por sobretodo de poner nuestras cualidades, nuestro corazón y nuestro tiempo, para ayudar y servir a otros. Primero con los más cercanos, luego con los más lejanos,  con quienes  nos debiera vincular el sentido de respaldo

Para derrotar el cerco del individualismo y  la pandemia de   la indiferencia social, necesitamos como colectivo estar  abiertos y  disponible a otros, de aceptar que el mundo es más hermoso y habitable cuando, sinceramente, cada uno da lo mejor de sí mismo para servir a los demás.

 Foto:http://www.flickr.com/photos/hermenpaca