Responsabilidad ciudadana: Todo gracias a HidroAysén

Responsabilidad ciudadana: Todo gracias a HidroAysén

12 Agosto 2011

Hoy todo eso ha cambiado, la ciudadanía se ha dado cuenta de la verdad y ha salido a las calles a protestar, por un modelo que lo uso para lograr un lucro desmedido.

Andrés Gillmore >
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El país está viviendo uno de los cambios más importantes de la historia moderna contemporánea, la distorsión de la política y la exclusión de la ciudadanía, hechos que hoy en día se han convertido en variables de decisión, que han afectado el orden político a corto y mediano plazo, pero en forma positiva, porque nos ha propuesto la evolución y la proyección. Nos hemos dado cuenta como ciudadanos que todo ese desarrollo de un modelo económico que tanto orgullo nos dio hasta hace unos meses, era una mentira, lo que realmente habíamos estado fomentando era una usura desmedida, de un grupo minoritario que encontró en nuestra omisión un punto de enriquecimiento, que fue la fermentación final de una voz que hoy necesita ser escuchada, de un hecho que ha traspasado las posiciones ideológicas y políticas, entrando en los dominios de la ética, de la moral y de las buenas costumbres, con que se tiene que proceder en una nación que se presupone de gente honesta y se respeta a sí misma.

La culpa fue de nosotros como ciudadanos, que no estábamos “ni ahí” con las cosas importantes y pensamos que -porque teníamos acceso a bienes materiales- estábamos bien, aceptando con naturalidad algo que sabíamos en el fondo que no estaba bien, lo dejamos pasar sin ver más allá y quedamos claros que eso de ser un país desarrollado al 2015 es una gran falacia.

Caíamos rendidos ante la esperanza y, por un momento, nos creímos los “jaguares” de América Latina. No dijimos nada cuando salieron las universidades privadas como liebres en la pampa, con el claro objetivo de lucrar, aunque la constitución lo prohibía, “nunca fue un secreto”, al fin la universidad “era para todos”, no nos importo que cualquier grupo económico con un pizarrón a cuestas se hiciera llamar universidad, aunque todos sabíamos que para ser una universidad de verdad, se necesita invertir en investigación y ser un aporte a la sociedad con educación de calidad, no solo ser una maquina de ganar dinero, jugando con la esperanza y los sueños de cientos de chilenos de la clase media.

Nada dijimos como país, cuando nos enteramos que una trasnacional como ENDESA España, se había apropiado de los derechos de agua de toda la región de Aysén de forma fraudulenta e ilegal, en un atentado en contra de los derechos básicos de los habitantes de Aysén; tampoco dijimos nada ante la municipalización de la educación pública que heredamos del gobierno militar, todos teníamos claro su ineficiencia sobre todo en regiones. Tampoco nada dijimos cuando durante la administración de Patricio Aylwin Azocar, perdimos Laguna del desierto en Aysén, por simple error de omisión y tampoco nada dijimos cuando nos asociamos al MERCOSUR en el año 1991 y con ello quebró toda la industria textil chilena y la producción ganadera del país, que posibilito la quiebra del mercado nacional y mucha gente quedo literalmente en la calle. Sin duda nada dijimos cuando el gobierno de Frey-Ruiz Tagle, este iluminado de la política moderna, cambio la matriz energética a gas natural Argentino, cuando se sabía que ese país no tenía la capacidad para suministrarnos gas y hoy precisamente estamos pagando por ese error tremendo en materia energética, que posibilito las termo eléctricas y HidroAysén, cuando este mismo Pdte. Frei- Ruiz Tagle lo justifico ante todo el país, diciendo “fue un buen negocio”. Tampoco nadie dijo nada en el gobierno de Ricardo Lagos, cuando se descubrió el escándalo MOP GATE, pero quedamos felices unos meses más tarde cuando el presidente Lagos golpeo la mesa en ese entonces con el tema limítrofe peruano de siempre, y nos sentimos orgullosos por ser chilenos y por la fuerza del golpe de nuestro Pdte. ante los peruanos, olvidándonos por ese hecho de todo lo malo de esa administración; tampoco dijimos nada cuando las salmoneras en ese mismo gobierno destruían el medio ambiente, y destruyeron entre otras cosas todo el litoral de Aysén. El mismo así el Pdte. Lagos salió de su gobierno como un héroe, nos dejo el Transantiago y muchas otras embarradas más que hasta el día de hoy nos pesan sobre el modelo.

Nada dijimos cuando en el gobierno de la ex Pdta. Bachelet, que hasta antes de la crisis mundial reprochábamos incansablemente su ineficiencia y su falta de visión, ya que no quería invertir en la gente en temas como educación, vivienda y salud, temas que hoy están en la palestra y que están llevando al país al borde de la revolución, donde en su misma administración se destruyo el país medio ambientalmente, con una política energética desastrosa y más encima donde el ministro de hacienda Andrés Velasco, que hoy se postula a ser presidente de la republica, solo quería dejar el cargo incólume y mostrar al mundo el saldo enorme de la cuenta bancaria en dólares de Chile en el banco mundial, como currículo de su eficiencia ante el mundo, olvidándose de los chilenos y sus necesidades reales.

Tampoco nada dijimos cuando el gobierno de Piñera en el caso de los 33 mineros transformamos en héroes a funcionarios de gobierno, que lo único que hicieron fue cumplir con su deber profesional ante la situación y nada más, transformando al ex ministro de minería Laurence Golborne en un héroe y candidato a la presidencia en un hecho casi ridículo, que demuestra lo frívolo que éramos en ese entonces. Nada dijimos cuando el actual gobierno luego de ser 20 años oposición, criticando a la concertación, sabiendo de todas las irregularidades heredadas que justificaron su llegada al poder, no llego con un plan de acción y menos un protocolo de trabajo en los temas que precisamente hoy estamos exigiendo soluciones y nos tienen al borde del colapso como país y como lo dijo un ex Pdte. con tejado de vidrio en Argentina, “al borde de la ingobernabilidad”.

Hoy todo eso ha cambiado, la ciudadanía se ha dado cuenta de la verdad y ha salido a las calles a protestar, lo que demuestra que el ciudadano ha madurado, ha crecido y se ha tornado consciente de su verdad al sentirse humillado, por un modelo que lo uso para lograr un lucro desmedido. Tal vez podamos discutir la forma y los procedimientos en cuanto a los protocolos en cómo se ha materializado la intención de la pretendida reforma, pero no en el problema de fondo que es real. Hoy la rebeldía ciudadana que se respira en el país es transversal a las ideologías políticas y las clases sociales, es ante el modelo de desarrollo, no es solo por la educación o por el caso HidroAysén, es fundamentalmente en cómo se ha administrado el país en todos estos años y se ha generado riqueza para algunos pocos en detrimento de unos cuantos. Hoy ha llegado la hora de cambiarlo y transformarlo en un modelo más humano, más social, con más sentido común.

Todo esto comenzó ese día 9 de mayo pasado, a las 18:00 hrs en la región de Aysén, cuando una ciudadanía en el fin del mundo se atrevió y dijo basta, basta de tanta tontera, de tanta humillación y salió a las calles a reclamar por sus derechos ciudadanos, en contra de la aprobación del proyecto de HidroAysén y en contra del modelo económico  que lo había permitido, por un gobierno que aunque prometió un cambio hasta hace pocos meses, no dudaba en sacrificar los intereses de Aysén por los de una transnacional extranjera, que los destruiría con alevosía por un lucro devastador, que finalmente desbalanceo el sistema y hoy estamos en el proceso, un proceso duro, con muchos costos pero por fin con una luz al final del túnel.