Medio en broma o medio en serio, llegado septiembre y la primavera lo primero que dicen las personas de la tercera edad es: ¡Pasé agosto! Más allá de lo cómico que puede resultar esta frase, lo ideal es que nuestros adultos mayores se cuiden durante todo el año para que ningún mes represente un riesgo especial para su salud.

Existen condiciones y mecanismos que ayudan a evitar el daño, permitiendo que la vejez sea vivida con mayor seguridad con los consiguientes efectos en los grados de libertad y felicidad para las personas mayores y sus familias. Para que durante todo el año, nuestros adultos mayores estén y se sientan más fuertes y sanos la Escuela de Salud del de AIEP nos entrega las siguientes recomendaciones en diversos ámbitos de nuestro diario vivir:

Fortalecer nuestras relaciones afectivas y una vida social activa:

• Es fundamental fortalecer las relaciones familiares, en particular las de pareja cuando esta subsiste.

• Hay que destinar tiempo a rescatar y desarrollar relaciones de amistad.

• Es importante participar en actividades sociales como las que incentivan muchas municipalidades (Clubes de Adultos Mayores, Juntas de Vecinos y otras), iglesias, Cajas de Compensación y otras muchas instituciones.

Ejercitar la actividad intelectual para fortalecer una mente sana:

• Leer y escribir ayuda a mantener ágil y sano el cerebro. Además de desarrollar la concentración.

• Buscar actividades recreativas, como talleres de artes o manualidades; juegos de salón como ajedrez, dominó o cartas son fundamentales tanto en lo lúdico como en conservación de la memoria. Por otra parte, estas labores permitirán encontrar motivaciones y establecer nuevas metas, además de definir rutinas y obligaciones diarias y semanales.

• Se recomiendan también las actividades intergeneracionales (por ejemplo con los nietos) al aire libre, lo ideal es aprovechar la luz del sol, los parques y en general disfrutar del día para así mantener buen ánimo. 

Cuidar buenos estilos de alimentación cambiando hábitos:

• Dado que con la edad cambia significativamente el metabolismo, es fundamental preocuparse de mantener el peso recomendado por un especialista y nunca dejar de consumir las cuatro comidas diarias.

• Hay que pedir ayuda oportunamente en caso que haya dificultades para alimentarse, hay que evitar alimentarse en soledad. La alimentación debe ser un acto social por excelencia.

• Siempre comer despacio, masticando bien los alimentos. Evitar alimentos de difícil digestión.

• Se debe consumir mucha agua, por lo menos 8 vasos por día. Salvo contraindicación médica.

• Si no se tienen deseos de comer se puede agregar limón a las preparaciones y además se deben preferir las frutas ácidas antes de las comidas, esto ayuda a aumentar el apetito.

• Los lácteos deben ser preferiblemente descremados.

• Seleccionar carnes blancas como el pescado y pollo sin piel.

• Priorizar el consumo de hidratos de carbono complejos: pan, leguminosas y cereales.

• Comer diariamente alimentos ricos en fibra como frutas y verduras.

• Incluir diariamente aceites vegetales crudos.

• Evitar el consumo excesivo de grasas animales, sal, azúcar y golosinas.

• Si se toma algún medicamento se debe ingerir inmediatamente después de los alimentos para así evitar irritaciones en el estómago. Siempre y cuando el médico no haya indicado lo contrario.

• No es aconsejable el consumo de alcohol, aunque se permite beber hasta dos vasos de vino tinto al día si su médico lo autoriza.

Mantener una actividad física periódica y constante:

• Si el doctor tratante lo permite, el adulto mayor puede realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada.

• Nunca olvidar realizar el calentamiento y estiramiento antes de comenzar y terminar cualquier rutina de ejercidos. Ejercicios de respiración y de elongación deben hacerse permanentemente.

• Todos los ejercicios deben ser ejecutados en forma lenta y controlada.

• Los deportes especialmente recomendados son la natación, ésta ayuda a mejorar y mantener la capacidad cardiorrespiratoria. También andar en bicicleta (aunque sea estática) colabora a la circulación. Por su parte, la gimnasia ayuda al acondicionamiento general.

• En el caso de los adultos con movilidad reducida pueden realizar pequeñas rutinas físicas que mejoren su equilibrio, tres días veces a la semana.

• Están absolutamente recomendadas también actividades tales como caminar, realizar tareas de jardinería o tareas en el hogar.