¿Para qué hacer las cosas bien, si podemos hacerlas mal?

¿Para qué hacer las cosas bien, si podemos hacerlas mal?

13 Enero 2012

Largas filas, números limitados, hacinamiento, pérdida de la hora. No estimado/a lector/a, no hablo de salud. No hablo de un consultorio como quizás habrá pensado, me estoy refiriendo a la cotidaneidad de la Direccion de Tránsito de la Municipalidad de Copiapó.

Anita Quiroga >
authenticated user Corresponsal

Imagine la siguiente escena: 7:30 AM, cola de aproximadamente 30 personas ya esperando a esa hora para conseguir uno de los 40 números disponibles… A las 8 se abren las puertas y la avalancha en la repartija de los codiciados puestos deja a varios una vez más frustrados por no conseguir la hora que necesitan… Mañana otra vez habrá que pedir permiso en el trabajo y sí, llegar más temprano aún (algunos me cuentan que están desde antes de las 7). Lo más denigrante es que al día siguiente se deberá partir nuevamente de cero, o sea no sirve de nada haber quedado a 2 números el día anterior… Ni pensar en pedir hora con algunos días de anticipación para poder organizar el resto de las actividades.

Para quienes se quedan tras haber conseguido el preciado número las cosas no son demasiado gratas: hacinamiento, escasas sillas, gente aglomerada en 2 estrechos pasillos esperando varias horas más hasta ser atendidos en la primera parte del tramite…

No estimado/a lector/a, no hablo de salud. No hablo de un consultorio como quizás habrá pensado, me estoy refiriendo a la cotidaneidad de la Direccion de Tránsito de la Municipalidad de la capital regional de Atacama, Copiapó.

¿Qué pasa por la cabeza de quienes administran hoy tan importante servicio del municipio? ¿Qué ocurre para semejante indolencia frente a la necesidad de cada día más personas, muchas de ellas por razones laborales? ¿Cómo es posible que la respuesta sea que hace un año estan así y tratarán de arreglarlo en los próximos meses?

Cada uno de nosotros sabe que muchas veces la demanda excede a la oferta disponible, estamos ciertos que además en una ciudad con tan importantes expectativas de crecimiento muchas veces será necesario esperar… pero de manera digna, con el respeto que nos merecemos los ciudadanos, más allá de nuestra situación laboral o personal.

Las explicaciones abundan para justificar la ineficiencia e indolencia y las recibí en primera persona: que la persona encargada renunció, que hay un suplente, que están buscando técnicos expertos… y más.

Yo sólo pregunto: ¿es demasiado pedir que se implemente algo tan simple como un registro… que permita que quienes deben realizar el trámite puedan organizar sus actividades, pedir permiso en sus trabajos, dejar las cosas hechas en la casa? No digo que se haga todo en un mismo día, sólo que se piense en los (una vez más) abusados ciudadanos que ven con cada vez mayor indignación la burocracia e indolencia de quienes no son capaces de salir del espacio de la comodidad burocrática del “siempre ha sido igual”.

Yo por mi parte me voy a realizar el trámite a otro Municipio que, según he sabido y comprobaré, si trata con respeto a sus usuarios… porque simplemente quiero sacar licencia de conducir sin morir de rabia en el intento.

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Comentarios

Imagen de Roison Castro

Y no es solo una mala

Y no es solo una mala atención en ese lugar, son muchos otros los lugares en la misma Municipalidad donde la espera es la compañera y el buen trato hacia las personas no está o se ve solo en algunos funcionarios.

Con la cantidad de licencias de conducir que se registran diariamente deberían tener un mejor espacio, una mejor planificación. Inclusive he sido testigo de empleados de la misma Municipalidad los cuales también han sufrido las largas esperas, la perdida de tiempo, etc. 

Ojala las cosas cambiaran y la Municipalidad tuviese una mejor planificación para dar la atención que las personas merecen.