Con un discurso cargado de optimismo llegaron hasta el Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Copiapó, 22 de los 33 mineros rescatados hace cuatro años tras el derrumbe de la Mina San José en Atacama, para compartir su experiencia de vida con los jóvenes infractores de ley.

La directora regional del Servicio Nacional de Menores (Sename) Atacama, Anamaría Aguirre, destacó que “es realmente valioso que personas que han sabido enfrentarse a la adversidad y han salido de aquello que parece imposible, cambiando el rumbo de las cosas, puedan compartir sus vivencias con estos jóvenes, que necesitan de ejemplos y significar su estadía en este lugar como una experiencia que puede transformar su vida de forma positiva. Los 33 de Atacama son ejemplo de fortaleza, perseverancia, esperanza y trabajo colectivo. Agradecemos esta visita al calor de los 35 años que cumple Sename”.

Mario Sepúlveda, minero famoso además por su gran capacidad expresiva, señaló que “para mí fue súper especial, dado que estos jóvenes piensan que con este error se les han cerrado las puertas y yo pienso todo lo contrario, que tienen que trabajar, que se tienen que capacitar y que tienen que aprovechar la fortaleza y la capacidad que tienen los profesionales que les dedican su tiempo, para que ojalá ellos hagan caso a estas oportunidades que se les están dando, haciendo un vuelco en su vida, y quizás el día de mañana los veamos rehabilitados y profesionales”.

En la ocasión, los jóvenes les hicieron diversas preguntas con respecto a sus vidas a partir del 2010. Los mineros compartieron las dificultades que como personas les ha tocado sortear, tanto en el ámbito de salud, familiar y laboral, y cómo lograron sobreponerse, a pesar de todas las pruebas. Asimismo, compartieron algunas historias de esfuerzo que llegaron a emocionar a los jóvenes, para motivarlos a buscar el mejor camino y aprovechar los beneficios que ellos pueden obtener en la vida, recalcando que “siempre hay una oportunidad de ser mejores”.