El desarrollo y crecimiento de los países está ligado a su Capital Humano. Cuando hablamos de capital humano nos referimos principalmente al nivel educacional (o escolaridad) que tienen los individuos que conforman una sociedad. La evidencia empírica ha encontrado que aumentos en los niveles de escolaridad está asociada a una mayor comprensión y discernimiento de los hecho sociales que nos rodean. En este ámbito, los primeros en profundizar en los estudios de la relación entre el nivel educativo y prosperidad de los países son los economistas Robert Solow, Jacob Mincer y Gary Becker.

Los hallazgos han mostrado que los países con niveles educacionales más elevados gozan de mayor prosperidad. Finalmente la educación reduce la pobreza y la desigualdad. Pero ¿qué ha sucedido en nuestro país en las últimas décadas con el avance en el nivel educativo de las personas? ¿Han mejorado los niveles educativos?

De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas, la escolaridad promedio de las personas de 15 años y más en el año 1982 era de 7,7 años. Décadas después, la escolaridad promedio en el año 2017 tuvo un incremento de sólo 3,5 años. Los datos de la CASEN (2017) muestran una leve mejoría en los años de escolaridad en los últimos 30 años.

            Fuente. CASEN (2017)

Información más desagregada reveló que, por ejemplo en el año 2015 la población de 25 años y más no logró completar sus enseñanza básica (14,4%), media (13,5%) y superior (6,8%). Datos más recientes muestran que en Chile más de 5 millones de personas no han terminado su enseñanza media. Estos hallazgos dan cuenta que las políticas orientadas a mejorar los niveles educacionales de la población no han logrado los resultados deseados, lo que podría resultar una limitante para el progreso del país en términos del combate de la pobreza y la desigualdad.

La educación ha jugado un rol fundamental en el camino hacia el desarrollo de los países. Los procesos sociales son dinámicos y están ligados principalmente a una mayor demanda en términos de oportunidades, entre ellas el acceso a la educación. La falta de educación desgarra el tejido social y tiene serias implicancias en otros aspectos de la sociedad. En otros términos, sociedades más igualitarias son aquellas con mayores tasas de inversión en educación.

Si quieres leer estudios científicos del mismo autor puedes hacer acá:  

http://revistacientifica.uaa.edu.py/index.php/riics/article/view/482

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0718-07052014000100002&lng=es&nrm=iso

https://www.comunicacionunap.com/index.php/rev/article/view/68/71