El drama oculto de los divorcios y el deber de prevenir del Estado de Chile

19 Abril 2011

Las situaciones que tratamos a diario en Separadosdechile.cl son tremendamente complicadas y perturbadoras, todas muy delicadas, intensas y fuertes. Parten tu alma y desgastan muchísimo.

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La mayoría de la gente sabe que toda separación matrimonial es triste, pero no todos comprenden la magnitud de la tragedia humana que se esconde detrás de cada caso.

Muchos quiebres matrimoniales son traumáticos, de efectos impredecibles para quienes son sus protagonistas, la pareja y –especialmente- para los más pequeños e indefensos, los hijos.

Para quienes escuchamos y debemos proporcionar contención, entregar recomendaciones y brindar con abogados expertos asesoría legal para resolver sus problemas familiares, la tarea es compleja. Especialmente cuando hay antecedentes de agresiones domésticas, abusos sexuales o situaciones similares. Impactan. Es imposible sustraerse al dolor ajeno.

Comprendemos mejor que nadie todas estas penurias, porque cualquiera que se haya separado de su cónyuge, ha experimentado el dolor, a veces otros han sido más intensos y duraderos que el de uno, pero todos lo hemos vivido y sufrido.

Un marido nos llamó hace poco por teléfono y entre sollozos, nos relató que había descubierto una segunda infidelidad de su esposa, madre de su pequeña hija de dos años. La primera vez que le fue infiel, lo engañó con un hombre bastante menor que ella, sin embargo, el marido para no perjudicar a la pequeña hija con una separación de los padres, perdonó la infidelidad "no intencional" de su esposa.

El amor del padre a la pequeña hija fue "más fuerte" que el cocktail de sentimientos adversos que sentía en contra de la desleal.

Esta segunda infidelidad de la esposa, con otro joven, esta vez 10 años menor que ella, duró meses. El marido no sabía qué hacer, conocía en detalle la forma en que la mujer le había sido infiel, incluso dónde habían mantenido relaciones sexuales, la periocidad, cómo la habían hecho, y si bien ya no estaba en condiciones de creerle a su esposa, ni menos tenerle confianza, tampoco deseaba ser alejado de su hija. Estaba francamente desesperado. Angustiado. Terminó llorando desconsoladamente.

Una mujer se acaba de divorciar de su esposo agresor. Cada vez que hemos conversado con ella, se percibe claramente el grado del maltrato que debe haber recibido durante años, porque todavía hoy esta mujer vive atemorizada de todo y todos. Cuando uno hace un gesto involuntario, inocente pero a la vez muy brusco con la mano, se agacha instintivamente, porque piensa que la van a golpear. El tipo la amenazaba a toda hora, le pegaba con sus puños o jarros de vidrio en la cara, en la cabeza, en el pecho, la pateaba hasta hartarse, en fin, todo lo que uno se imagina que pueda soportar un ser humano como tormento, es poco, comparado con lo que ella le tocó aguantar de ese cobarde matón.

Un marido que se había separado hace 5 años de su esposa, desistió hace poco de la demanda de divorcio unilateral en su contra. Se están reconciliando.

¿Por qué se había separado? El hombre había comprobado que la esposa le era infiel con un compañero de trabajo, menor que ella. El típico síndrome de Peter Pan, pero al revés.

Al presentar la demanda de divorcio en contra de su esposa, ella contra-atacó con una demanda por violencia intrafamiliar psicológica.

En el camino, descubrí sorpresivamente que a ambos cónyuges les gustaba y practicaron por años el sistema de intercambio de parejas llamado "swingers".

Quedé mudo.

Los cónyuges, mientras se tramitaba el proceso judicial, se cruzaron un día en la calle, conversaron, tuvieron su minuto de "amor" y ahora, en eso están, volviendo a su "normalidad", por llamarlo de alguna forma. Una vida matrimonial en la que se comparte el amor de pareja con terceros desconocidos, pero no individualmente y con desconocimiento del otro, que era lo que no le había gustado al marido.

También conocimos el caso especialmente espeluznante de dos hermanitos. El mayor de los hermanos tiene 7 años y la menor tiene 4 años, y ambos eran permanentemente violados por el padre. Cuando éste llegaba ebrio en las noches, le ordenaba a la esposa, madre de los pequeños: "ya, tráeme al primero" y ella, insólitamente, le llevaba al mayor de los niños para que su pareja pudiese satisfacer y cumplir sus aberrantes deseos. Luego le tocaba el turno a su hermanita chica y mientras la pequeña sufría lo propio, la madre para excitarse, le introducía un palo de escoba por el ano al hermanito. Estas atrocidades de los "papás del año" fueron descubiertas por tías del liceo de los pequeños que se percataron de la sangre que había en los calzones y calzoncillos de los pequeños. Tras el respectivo juicio, se nos informó que ambos progenitores estaban en la cárcel y los pequeños a buen resguardo.

Una mujer de 26 años, hija de una pareja de Evangélicos, nos contó que ella y sus padres querían apoyo a fin de obtener primeramente que la justicia les diese protección a dos pequeñas vecinas de ellos, dos hermanitas de 4 y 6 años de edad cuya madre tiene serios trastornos de personalidad y las maltrataba. Por otro lado, deseaban obtener la tuición de las niñas, para tener la certeza de que ya no sufrirían nunca más. De hecho, varias veces se les ha notado quemaduras en sus brazos. El padre de la mayor de las pequeñas es un drogadicto que desapareció apenas supo que la mujer estaba embarazada. El padre de la segunda niñita, es nada menos que el hermano carnal de la madre de ambas pequeñas. Tampoco se conoce el paradero de este individuo. Esta familia evangélica de buena voluntad aman a esas chicocas como si ellos fueran los propios padres carnales, no cabe ninguna duda, y luchan día a día por lograr su felicidad.

Cuando se habla de divorcios, de separaciones matrimoniales o de los efectos de la violencia intrafamiliar y de las infidelidades, muchas personas se limitan a conocer frías estadísticas y algunos opinan del tema, sin poder imaginarse, en la mayoría de los casos, los increíbles dramas ocultos que hay detrás de esas cifras. En verdad, es todo un mundo de sufrimientos, de desesperanza, de desolación para las víctimas y afectados. Y estos dramas se dan en todos los grupos socio-económicos, con más o menos años de matrimonio, del sur, centro o norte del país.

Los supuestos culpables de tantas separaciones: celópatas, agresores, estafadores, aprovechadoras, oportunistas, infieles, indecisos, mamones, hay de todo. No siempre se cuentan tantos detalles. Hay mucha verdad oculta. Por vergüenza, amenazas, miedo o dolor.

Lo cierto es que a lo menos yo, me es imposible permanecer frío o insensible ante tanto dolor y sufrimiento. Por eso hemos insistido tanto en que el Estado, así como presta apoyo para curar la herida, con asesoría legal gratuita para los divorcios, también brinde apoyo gratuito a prevenir el mal, el quiebre del matrimonio, como lo hacen en tantos países que han logrado bajar los índices de divorcio. Unas más que otras, todas las separaciones desgastan al ser humano y a las miles de familias desmembradas. El Estado no puede estar ajeno ni desconocer o ignorar, ni menos permanecer insensible ante este flagelo.

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FOTO: macnolete