Ser actor presencial de cambios en la historia de un país es un privilegio que cada generación tiene, con más o menos conciencia respecto de los cambios que se impulsan, y por sobre todo, de los efectos que dichos cambios producen en la sociedad. Hoy asistimos a un momento histórico en la vida política y republicana de los últimos 40 años de nuestro país, a propósito del proceso constituyente anunciado e impulsado por la Presidenta Michelle Bachelet, que da cuenta además del tremendo compromiso que existe con el cumplimiento del programa de Gobierno.

Muchas expectativas se han levantado respecto a las características de dicho proceso, en primer lugar por la posibilidad cierta de contar con una Carta Fundamental construida en democracia, con legitimidad, representatividad y transparencia, y sobre todo para reducir las suspicacias y desconfianzas de los ciudadanos, que manifiestan abiertamente su malestar y demanda por la mayor participación y transparencia en las decisiones que les afectan directamente.

Es en éste proceso constituyente donde deberán estar presentes no solo los actores más tradicionales; junto con los partidos políticos y fuerzas democráticas que han ido emergiendo, es fundamental una participación amplia y transversal de la ciudadanía, una ciudadanía que esté informada y educada respecto de este tema tan trascendental para el futuro de la casa común, para el futuro de la patria.

La vocación ciudadana y participativa del Gobierno, queda de manifiesto en la propuesta dada a conocer, que define mecanismos de participación más allá del Congreso, asumiendo que la nueva Constitución requiere de legitimidad y adhesión ciudadana, más allá del sistema de representación indirecta, el que en muchas ocasiones ha cuestionado. Con ello, confiamos que la nueva Carta Fundamental cuente con la participación activa de los chilenos y chilenas de a pie, que impida que sectores conservadores y de intereses vinculados con la derecha empresarial, coarten y capturen las definiciones que le son propias a todo un país.

Columna del Seremi de Gobierno, Jorge Hidalgo.