Opinión: Celeridad Ministerial

Opinión: Celeridad Ministerial

28 Enero 2014

Hecho llamativo fue el retorno de cierto grado de improvisación que caracterizó buena parte del primer período de Bachelet, especialmente en materia comunicacional donde resulta imposible olvidar los dimes y diretes entre los ministros Vidal y Pérez Yoma.

Rodrigo Duran >
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Tras el nombramiento de sus ministros, la presidenta electa Bacheletcumplió con el compromiso de dar a conocer a sus principales autoridades de gobierno a sólo días de conocerse el fallo en La Haya.

Las nominaciones, que no estuvieron exentas de rumores y especulaciones en torno a los nombres, no dejaron indiferente a nadie y llamaron la atención ya sea por la paridad de género, el realce otorgado a la formación académica de cada uno de sus integrantes, la edad o simplemente el intento por renovar el andamiaje y la oferta política de la Nueva Mayoría.

Sin embargo otro hecho llamativo fue el retorno de cierto grado de improvisación que caracterizó buena parte del primer período de Bachelet, especialmente en materia comunicacional donde resulta imposible olvidar los dimes y diretes entre los ministros Vidal y Pérez Yoma.

Ahora, y cuando aún no comienza su segundo período presidencial, vimos nuevamente ese desdén para cuotear los cargos y satisfacer la voracidad partidista con tal de dejar satisfechos a moros y cristianos. Todo lo anterior, avalado en una autoimposición absolutamente innecesaria de nombrar a sus ministros días antes del fallo, en un espacio donde debía haber tenido el tiempo, tranquilidad y convicción para seleccionar a los más idóneos más que pensar en cumplir su primer anuncio como presidenta electa obligándola, junto a su equipo asesor, a agilizar las negociaciones para no quedar mal ante sus electores y la opinión pública.

Nadie pone en duda la capacidad e idoneidad de este primer gabinete de la presidenta electa, sin embargo se notó esa celeridad propia de cumplir con los compromisos asumidos y quedar bien con la ciudadanía más que tomarse el tiempo de elegir a conciencia, priorizando una estructura que otorgue estabilidad a su gestión - liderazgo y no forzándola a convocar prontamente un nuevo gabinete donde los nombres ya están en la banca realizando el precalentamiento para el segundo tiempo.