Seis postulantes al Parlamento son parte de la generación del 2011 que instaló el debate por educación en Chile, ex dirigentes de federaciones universitarias que ahora buscan traspasar sus demandas a la acción legislativa, sumando apoyo a una reforma al modelo estatal.

Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Francisco Figueroa y Sebastián Farfán luchan por un cupo en distintos distritos del país, algunos al alero de sus partidos y coaliciones, otros a través de una postura independiente.

En ello, la continuación del movimiento estudiantil y un cambio de gobierno son factores que los postulantes señalan como positivos, al ser un momento propicio para sumar nuevos liderazgos a la clase política e incluir las demandas ciudadanas en el debate.

La educación mantiene la atención principal. En esta línea, Francisco Figueroa, ex vicepresidente de la FECH y candidato independiente en Ñuñoa y Providencia, indica que el desafío es llegar al Congreso y supervisar que los parlamentarios concreten sus promesas electorales en la materia.

“Se abren condiciones favorables. Hemos logrado una mayor aceptación política y social de las ideas que hemos defendido. Llevamos años planteando en la calle educación gratuita, derechos universales, fin al lucro. Y hoy vemos que ocho de nueve candidaturas presidenciales se agarran de estas demandas. Con oportunismo, claro, es propio del panorama, pero tendrán que hacerse cargo, y nos vamos a preocupar de transformar las promesas en realidad, y por eso es tan importante que nosotros estemos en el Parlamento”, dijo.

Desde el movimiento la posición es dispersa. La Asamblea de Estudiantes Secundarios se desmarca del legado y apunta que los otrora líderes ahora representan a sus partidos políticos. Por su parte, el vocero de la Cones, Moisés Paredes, subraya que la responsabilidad de los ex líderes estudiantiles es sumar a la ciudadanía en un nuevo modelo de elaboración de políticas públicas.

Paredes indicó que “si bien es cierto ellos fueron dirigentes, hay que entender que las organizaciones tienen un ciclo. Ellos van a tomar la bandera de lucha como diputados, y deben construir política pública desde las organizaciones sociales. No basta con tener representantes en el Parlamento, o alguien que haga eco de las demandas. Es necesario que esa construcción de políticas públicas pasa por hacer un llamado a los estudiantes a ser protagonistas y creadores de esas reformas”.