Columna de Opinión: El 2016 Chile cambió para mejor

Columna de Opinión: El 2016 Chile cambió para mejor

27 Diciembre 2016

La Presidenta Michelle Bachelet comprometió con el país un programa transformador, que apuntaba a terminar con la desigualdad y a profundizar nuestro sistema democrático, y durante el 2016 avanzamos y cumplimos en ambos aspectos.

Jorge Hidalgo >
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Columna del Seremi de Gobierno, Jorge Hidalgo.

Al finalizar el presente año, y como forma de cerrar un ciclo, siempre es sano realizar un balance y evaluar lo obrado, midiendo el cumplimiento de los objetivos y asumiendo las brechas que quedan pendientes. La Presidenta Michelle Bachelet comprometió con el país un programa transformador, que apuntaba a terminar con la desigualdad y a profundizar nuestro sistema democrático, y durante el 2016 avanzamos y cumplimos en ambos aspectos.

¿Es Chile un país desigual y poco democrático? Por cierto, aún lo somos, pero alguien en algún momento tenía que hacerse cargo y poner en marcha los cambios necesarios. La presidenta Michelle Bachelet puso su capital político a disposición de esta tarea, y con coraje ha llevado adelante un programa esencialmente transformador, confrontando intereses gigantescos, cuestión que ha provocado una reacción brutal de quienes hoy ven amenazados sus privilegios.

Problemas en la economía y una crisis de confianza son el contexto que han puesto cuesta arriba el desafío, sin embargo no hemos claudicado ante la tarea urgente, ante el deber ético y moral de cambiar Chile para mejor. El programa de reformas educacional, tributaria y laboral, el Proceso Constituyente y la Ley de Fortalecimiento de la Democracia, son sólo una muestra de la convicción y el compromiso irrestricto de enfrentar deicidamente la desigualdad, y hoy más que nunca a la corrupción y la desconfianza.

Si bien, es muy pronto aún para hablar de legado, haciendo el recuento, podemos señalar que al final del día, peleas más o peleas menos, errores más o errores menos, como país hemos podido caminar y generar cambios para el futuro de Chile. El Estado sigue atendiendo las necesidades urgentes y del diario vivir de los ciudadanos, pero también hemos cimentado las bases para plantearnos un modelo distinto, más inclusivo, de colaboración, horizontal y solidario, que represente una alternativa al personalismo, la competencia y el consumo, que a veces parecieran tan instalados en nuestros sentidos comunes.